Titulo Original:
Resident Evil
Año: 2002
Duración: 96 min
País: Reino Unido
Director: Paul W.S. Anderson
Guión: Paul W.S. Anderson
Música: Marco Beltrami, Marilyn Manson
Reparto: Milla
Jovovich, Michelle Rodríguez, Eric Mabius, James Purefoy, Pasquale Aleardi,
Stephen Billington, Anna Bolt, Colin Salmon, Marisol Nichols, Heike Makatsch,
Joseph May
En un centro
clandestino de investigación genética -con fines militares- de una poderosa
multinacional se produce un brote vírico que contamina todo el edificio. Para
contener la fuga el ordenador que controla el centro sella toda la instalación
y, en un principio se cree que mueren todos los empleados, pero en realidad se
han convertido en feroces zombis...
En el año 2002, Paul W.S. Anderson (artífice de bodrios del
calibre de Alien
vs. Predator y
pequeñas joyas como Horizonte
final) escribió, dirigió y produjo Resident Evil, largometraje
ambientado en la homónima y exitosa saga de videojuegos para consola y
ordenadores. Aquel verano de 2002 fue bastante especial para el que escribe
estas líneas, pues me enzarcé como un jabato con la chusta que supone la Prueba
de Acceso a la Universidad, más terrible que cualquiera de los zombies “de
palo” que pululan por la película que hoy nos ocupa. Pero en la redacción de Cine
y... ¡Acción! somos
auténticos androides cibernéticos de
destrucción masiva y no me supuso ninguna dificultad sacar una nota excelente,
con la que pude cursar la carrera que me atraía y dicho sea de paso, disfrutar
de un verano en el que todo lo que hice fue rascarme mis suaves y lustrosas
posaderas.
Vayamos al lío: el director de Resident
Evil nunca
ha sido un tipo que haya destacado por la calidad de sus creaciones, pero
suelen ser entretenidas (como mínimo) y a veces nos sorprende llevando a la
gran pantalla algunas ideas interesantes. La trama de la película es más o
menos como sigue: tras un ataque inesperado que culmina con la liberación de un
terrible virus experimental en un laboratorio subterráneo -La Colmena- de
la corporación Umbrella, el ordenador que controla las instalaciones decide
sellar el complejo y evitar la expansión de la amenaza biológica que supone el
virus. Producto de esta decisión, la guardiana de la entrada del laboratorio
(Alice, interpretada por la exmodelo Milla Jovovich) es gaseada y al despertar,
descubre que tiene amnesia. Sin tener otra opción y acuciada por el misterio de
lo que ha ocurrido, decide introducirse en el complejo subterráneo y descubrir
qué es lo que ha pasado. En el camino se encontrará con un equipo de seguridad
con los que formará equipo para explorar el agujero de La
Colmena y
desentramar el horror que se ha desatado bajo tierra. En el camino, no faltarán
zombies, aberraciones mutantes y trampas mortales orquestadas por el ordenador
que vigila el lugar, La
Reina Roja, personificada
en la figura de una niña grimosa que viste como una vieja y siempre aparece
dando un “porculo” impresionante en los momentos cumbre.
Resident Evil, a pesar de ser la entrega más
correcta de la saga y la más comedida en la administración de los elementos de
terror y ciencia ficción para lograr cierto equilibrio, no deja de ser una
adaptación fallida de la saga de videojuegos. Veamos, no soy un fanboy de
la susodicha saga, pero si os acordáis un poco del planteamiento de los juegos,
os daréis cuenta de que eran un survival horror... Es
decir, que se trataba más de explorar y huir (ahorrando la munición para los
enfrentamientos con los mostrencos más grandes y pesados) que de unmata-mata. ¿Qué
es esto de ponernos en pantalla a un grupo de maromos que van a saco pegando
tiros a todo lo que se mueve, como si fueran los marines coloniales de Aliens:
El regreso? ¿No estamos quitando la emoción y los sustos poniendo a esta
gente al lado de Alice, que debería avanzar en solitario para potenciar esas
sensaciones de peligro y soledad ante lo desconocido? Al menos, los recuerdos
que me suscitan los primeros juegos de Resident Evil eran
esos: estás solo ante el peligro, en una situación precaria y con poca potencia
de fuego, así que mejor confía en el sigilo y demás. Por suerte, todo esto fue
muy respetado y bien plasmado en otra de las adaptaciones de videojuegos más
famosas de la historia: hablamos de Silent Hill (2006), pequeña
obra maestra a cargo del director Christophe Gans y protagonizada por Radha Mitchell y
ese spoiler viviente
llamado Sean Bean. Sean Bean, pobre hideputa. Yo soy un firme partidario de que
en los títulos de crédito de sus películas aparezca un letrero que diga que en
la filmación del largometraje ningún Sean Bean ha sufrido daño físico, mental o
rectal. En serio, ya vale con este hombre, cabrones de Jólibu.
Después de este inciso me gustaría comentar un par de cosas
acerca de Resident
Evil como
película del género de zombies. Por un lado, ayudó, junto con 28
días después y
el remake de Amanecer
de los muertos, a
devolver a los zombies a la gran pantalla en la década de los 2000. Sin
embargo, a mi parecer, el título dirigido por Paul W.S. Anderson no funciona
demasiado bien como peli de muertos vivientes. La acción predomina sobre el
misterio y el terror, algo que también pasaba en Amanecer
de los Muertos, pero
el tono apocalíptico y la sensación de que el mundo se va a la mierda no
alcanza las cotas de perfección de 28 días después. El
trío más destacado del reparto, Milla Jovovich, Michelle Rodriguez y James
Purefoy, hacen una labor de lo más encomiable para mantener el tono dramático
que, como bien sabréis, se fue diluyendo conforme la saga fílmica de Resident
Evil ha
ido creciendo con nuevas entregas. De hecho, el rumbo errático de la franquicia
ha hecho verter ríos y ríos de tinta (electrónica) con numerosos comentarios
acerca de su autoplagio (incluyendo escenas y elementos que ya son una
constante en la saga, ¿os acordáis del puto rayo láser que corta a la gente
como si fueran patatas de rejilla? ¿Quién no recuerda la presencia de los
clones y personajes que mueren y resucitan, como el de Michelle Rodriguez o
Wesker?)
El guión es muy simplón y los trucos que presenta están más
gastados que los muñones de Kuato, el mostrenco de goma de Desafío
total.Está claro que no vamos a ver una película con grandes dilemas
morales o temas espinosos, pero tengo la sensación de que todo el rollo del
virus, los zombies y el apocalipsis está mucho mejor tratado, tiene más
oscuridad y dramatismo en 28 días después. En
el filme de Danny Boyle estás todo el rato agarrando el puto cojín y lanzando
exabruptos tales como “joder, joder, joder”, los nervios disparándose por la
incertidumbre, con una sensación de peligro mucho más acusada. Sin embargo,
todo esto en el fondo da igual cuando vemos a Milla soltando toñas como panes a
los dóbermans de plastilina (hay que reconocer que los efectos cantan más que
Camarón en la bañera) y contoneando su elegante carcasa de pollo mientras hace
frente a monstruitos y putaditas varias por cuenta de La
Reina Roja.
Uno de los detalles que me gustaron de Resident
Evil son
las alusiones al famoso relato de Lewis Carroll, Alicia
en el país de las maravillas.Sin ir más lejos, el nombre de la
protagonista, la entrada a la “madriguera del conejo” que constituye La
Colmena, el
guiño de La
Reina Roja,el conejo que sirve de cobaya para experimentar con el virus, la
entrada al complejo por medio de una pared que simula ser un espejo, etc.
Correcta y entretenida, pero mediocre en muchos aspectos.
Sin embargo y para recapitular, la considero uno de los pilares necesarios para
entender el resurgimiento de la moda zombie en la gran pantalla. El problema de
fondo de Resident
Evil es
que quiere ser un homenaje a películas como Aliens de
James Cameron pero demasiado forzado y con un gran inconveniente: que tarda
mucho tiempo en despegar, demasiado para una película que no pasa de los 96
minutos. Por suerte, en esta entrega de la saga todavía no hay mucho énfasis en
los diálogos absurdos y el papel de tía dura de Alice transcurre por cauces más
o menos aceptables, sin caer en el tremendo pifostio de los miles de clones de
las continuaciones y su creciente rol como Terminatrix con poderes a la altura
de Son Goku y sus amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario