sábado, 1 de diciembre de 2018

Overlord





Título original: Overlord
Año: 2018
Duración: 109 min.
País: EEUU
Director: Julius Avery
Guion: Billy Ray, Mark L. Smith (Historia: Billy Ray)
Música: Jed Kurzel
Reparto: Wyatt Russell, John Magaro, Bokeem Woodbine, Iain De Caestecker, Jacob Anderson, Jovan Adepo, Marc Rissmann, Dominic Applewhite, Michael Epp, Mathilde Ollivier, Pilou Asbæk, Hélène Cardona, Jorge Leon Martinez, Éva Magyar, Shawn Dixon, Ben Tavassoli, Andy Wareham.
Premios:
2018: Festival de Sitges: Sección oficial (Fuera de concurso)











II Guerra Mundial. Antes del Día D, un grupo de paracaidistas estadounidenses cae tras las líneas enemigas para realizar una misión crucial. Pero, a medida que se acercan a su objetivo, empiezan a darse cuenta de que algo más que una simple operación militar está sucediendo en esa aldea ocupada por los nazis.




En cuanto vi el tráiler me enamoré de ella. Esa pinta tan de serie B (solo en apariencia, la película tiene buen presupuesto y está muy bien usado), tan de cómic de “Creepshow”, mezclando cine bélico de nazis con zombis y modificaciones genéticas me pareció genial. Es el tipo de cine con el que mejor me lo paso y más me identifico. Son las pelis que yo haría si fuese directora/guionista/lo que sea de cine.
Y también pertenece a esa clase de películas que muchos fans del terror no paramos de decir que ya no se hacen. Pues mirad, de vez en cuando surgen. ¿Y sabéis que es lo peor? Que mucho quejarse de que este tipo de cine ya no se hace, que ojalá de nuevo fuese como en los despreocupados 80… y cuando lo hacen, no vais casi a verlo, cabrones. ¿Cómo queréis que sigan haciendo películas así, que parezcan Serie B, pero que son de primera clase, con gore y violencia para + 18 si apenas son bien acogidas en taquilla? Luego lloramos porque las recortan a + 12 (o directamente, ni en cines podemos verlas)… 



Pues “Overlord” es lo mejor que te puede salir si juntas el cine bélico y el de terror más macarra. Y mirad que no son géneros que, a priori, casan demasiado bien. Pero aquí todo fluye genial. Tiene un inicio muy del estilo de “Salvar al soldado Ryan”, con una escena bélica, en pleno campo de batalla, que resulta impresionante y que te deja sin respiración, pero luego conforme va desarrollándose, empieza a coger un estilo muy parejo al de “Re-Animator” (jeringuillas enormes y de color sospechoso incluidas con un suero que revive).
Y es que en ella, todo transcurre con la normalidad de una cinta bélica (con toques de acción) hasta que nos damos de bruces con el horror sobrenatural que los nazis están perpetrando. Y sí, tenemos a nuestro ‘mad doctor’ nazi particular, una especie de Mengele es el encargado de reanimar a los soldados heridos o muertos para crear seres imparables y sanguinarios, básicamente zombis, que ayuden a los nazis y les hagan ganar la guerra. 


La ambientación es brutal, ya no solo hablamos de la recreación de la época (que es muy buena), me refiero a cuando la parte de cine de terror domina la película. La visita al laboratorio nazi, con todos los macabros experimentos que allí podemos ver, es brutal. Esas cabezas decapitadas vivas (otra vez rememorando a “Re-Animator”) y todos sus instrumentos de torturas varios, amén de cuerpos mutilados debidos a experimentos fallidos, es terroríficamente atractiva. Además, los efectos especiales están muy bien usados, los zombis y la transformación a ellos es muy buena, se nota que la cinta tenía un buen presupuesto para hacerlo (y con ello, se aleja de muchas películas similares pero que realmente si son de Serie B) y las escenas de acción están muy bien realizadas. Técnicamente es estupenda.
No se queda de lado su guion, dinámico de principio a fin, al que solo podríamos achacarle que necesitábamos ver más de esos experimentos nazis (los fallidos y los buenos), algo más sobre la madre enferma y un final más apoteósico. Pero no me quejo, el resultado final me ha encantado y quizás mis ganas de ‘más sangre’ la alejarían un poco de su trama central, más centrada en su parte bélica. Y creo que está perfectamente equilibrada como está. 


Y en cuanto a los actores. Ya os habréis dado cuenta de quién es el prota, ese tal Wyatt Russell es el hijo de Kurt Russell, es clavadito a su padre (en todos los aspectos, bueno, es un poco más rubio) y si no os recuerda a él en “La cosa” de Carpenter (lanzallamas incluido) o si le ponemos un parche como en “1997: Rescate en Nueva York”, tenéis un serio problema. Por cierto, muy fan de él ya (como lo soy de su padre), le veo futuro.
Otro de sus grandes aciertos es todo el grupo de protagonistas con los que vivimos la acción, todos ellos carismáticos y con personalidad, no son meros cebos aburridos de un slasher, aquí quieres que sobrevivan y te caen bien. Están bien tratados y definidos, me molaron todos. Mención especial al nazi malo malísimo interpretado por Pilou Asbæk, al chico negro con corazón al que da vida Jovan Adepo y a la chica de armas tomar interpretada por Mathilde Ollivier. 



Lo dicho, subo esta reseña tarde (fui a verla el día del estreno) y no duró mucho en cines, pero os recomiendo encarecidamente verla si aún no lo habéis hecho. Una cinta que sabe mezclar a la perfección el cine bélico y el de terror más pulp (y también toques del de acción), con un grupo de protagonistas carismáticos, una genial ambientación, un laboratorio nazi de experimentos que da gusto verlo y una buena dosis de sangre y algo de gore. Y todo, bañado con un estilo cómic que le va de lujo.
Vaya, mi película soñada. Me lo pasé genial viéndola.







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