sábado, 23 de enero de 2016

El fantasma de la ópera (The Phantom of the Opera)







Título original: The Phantom of the Opera
Año: 1989
Duración: 93 min.
País: EEUU
Director: Dwight H. Little
Guion: Duke Sandefur, Gerry O'Hara (Novela: Gaston Leroux).
Música: Misha Segal
Reparto: Robert Englund, Jill Schoelen, Alex Hyde-White, Emma Rawson, Molly Shannon, Bill Nighy, Stephanie Lawrence, Nathan Lewis, Peter Clapham, Yehuda Efroni.












Versión más oscura del clásica de Gaston Leroux.
Una joven soprano, Christine, se convierte en la obsesión de un compositor horriblemente desfigurado que tiene planes para todos aquellos que se opongan contra él o a la joven cantante.



Nada de máscaras, mucho más normal, 'casual' y misterioso
con un pañuelo largo.

Llevaba bastante tiempo buscando esta película, hasta que hace unos días conseguí una copia en buena calidad.
Siempre había tenido muchas ganas de ver esta versión, mucho más sangrienta, protagonizada por el gran maestro del terror: Robert Englund (sólo por él ya merecía la pena). Pero debido a que no es muy conocida, a pesar de que Robert interpreta al fantasma y que se rodó entre que terminó de grabar “Pesadilla en Elm Street 4: el amo del sueño” y “Pesadilla en Elm Street 5: el niño de los sueños” (creo que además con esta compartió estreno), pues no resulta muy fácil de conseguir.




Christine y el fantasma

¿Qué esperar de esta versión con Robert Englund como fantasma de la opera? Pues mucha más sangre, menos amor empalagoso y menor cantidad de canciones, reservadas sólo para momentos específicos y no cantando continuamente hasta para dar los buenos días.
Como podéis leer, todo son ventajas. Ya sabéis que yo no puedo con el empalago amoroso ni tampoco con hablar cantando continuamente.
Realmente, resulta ser una versión bastante original y diferente. Pero al mismo tiempo, bastante fiel a la novela en ciertos aspectos (como en la escena del cementerio o cuando le enseña a cantar). Y es que, todo comienza en la actualidad (bueno, en la actualidad ochentera de la película) en Nueva York, en unas audiciones. Una joven llamada Christine encuentra en la biblioteca una extraña partitura llamada “Don Juan Triunfante”, enseguida se enamora de la música y decide cantarla en la prueba que tiene, pero durante su representación, le cae encima un saco y se ve transportada a un Londres de época (cambiamos el Paris original por Londres) donde reviviremos la historia ya de sobra conocida sobre la venta del teatro, el odio del fantasma hacia la diva principal y el deseo que siente por Christine y como ella se enamora de otro. La sorpresa viene cuando esta historia acaba y Christine vuelve en sí en el teatro…


Aquí el fantasma haciéndose unos retoques.

Pero no todo es igual al clásico. En esta versión el fantasma tiene mucho más aplome y carácter, sale del teatro a frecuentar burdeles y beber en tascas de mala muerte y no se queda encerrado en las catacumbas del teatro. Además, es bastante más cínico y mil veces más sádico, pero con este punto de carisma que Robert da a sus personajes y que hace que te encanten por muy psicópatas y asesinos que sean.
Además, el fantasma no lleva máscara, no al menos la típica blanca, si no que a lo Leatherface en “La matanza de Texas”, se fabrica las suyas propias con la piel que arranca a sus víctimas. Porque lo de despellejar a la gente que asesina se le da de miedo. Bueno, matar se le da bien así en general.
Si os lo preguntáis, este fantasma si tiene mucho de Freddy (aunque, viendo el cartel de la película, que ya es toda una declaración de intenciones, no queda lugar a dudas), no precisamente el jersey a rallas, pero si una horrible cara quemada que el mismo se recompone en escenas no aptas para los más sensibles. Que incluyen un ritual de coser la piel nueva a su piel pútrida, ponerse nariz, dientes, orejas y peluca y luego maquillarse. Sin olvidar que todo comienza en un sueño de Christine, para darse cuenta cuando despierta que él sigue ahí.


Como te pires con otros te asesinaré en tus sueños
aqui mismo

La ambientación es, aunque algo pobre debido a ser una película de bajo presupuesto, bastante terrorífica y muy aparente. Además, cuenta con buenos efectos y un gran maquillaje. Robert ya debe estar acostumbradísimo a que le llenen la cara de prótesis varias y maquillaje a montón…
Y en cuanto al desarrollo de la acción, la verdad es que resulta muy amena y original en su final. No te aburre en ningún momento y se disfruta. Tiene una duración correcta y el protagonismo es casi exclusivo para el fantasma, sin contar con que me gustó mucho el final y ese juego con los sueños y la realidad (muy Freddy Krueger, sí).
Y que el gore (no excesivo, pero si destacable) gane el terreno al amor es otro punto a su favor, no siendo empalagosa en ningún momento. Y sí, yo sigo prefiriendo al fantasma sea la versión que sea… conmigo lo tendría fácil, lástima que cante mal no, lo siguiente.
Y por supuesto, su BSO es muy bonita. Nada excesiva, se canta solamente cuando se está en la ópera o momentos como las “clases” de Christine con el fantasma. Y se limita a las partituras del tema compuesto por él, el famoso “Don Juan Triunfante”.
En el tema actores, aparte de que Robert Englund está estupendo dándole vida al fantasma. Nos encontramos al genial Bill Nighy, al que siempre es un gusto ver. Y como Christine a Jill Schoelen, una actriz habitual en esta época en estas producciones de terror.



En definitiva, una versión diferente al resto de versiones cinematográficas sobre el fantasma de la ópera. Mucho más terrorífica, sangrienta y fantasiosa (y con Robert Englund). La verdad es que me sorprendió porque me gustó bastante.
Su único problema es que la gente aficionada a los musicales no creo que lo sea mucho al gore. Y aunque no es nada excesivo para los que ya estamos más que habituados, los desollamientos, decapitaciones, sangrías y el buen hacer en el zurcirse la cara del fantasma no creo que sean para el paladar de todos… aunque en mi sumaron puntos para enamorarse más aun de nuestro querido fantasma de la ópera.


2 comentarios:

  1. Hola!

    No he visto esta versión del Fantasma de la ópera, pero tampoco creo que la vea. El gore no es lo mío, ya sabes...de todos modos pienso que sí que habrá gente que le gusten ambos géneros, de hecho tú eres la prueba no? jejeje

    Un abrazo! ^^

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    Respuestas
    1. Pues es una versión bastante original :P ¡y el fantasma mola más que nunca!
      Bueno, pero normalmente la gente aficionada de verdad a los musicales no es que lo sea mucho al gore... aunque hay varios musicales en clave de rock que son con gore (en mayor o menor medida) :P el terror puede acoplarse a cualquier género, es muy versátil :P

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