sábado, 2 de enero de 2016

Star Wars: Episodio VII - El despertar de la fuerza (Star Wars. Episode VII: The Force Awakens)



Año: 2015
Duración: 135 min.
País: EEUU
Director: J.J. Abrams
Guion: J.J. Abrams, Lawrence Kasdan, Michael Arndt (Personajes: George Lucas).
Música: John Williams
Reparto: Daisy Ridley, John Boyega, Harrison Ford, Adam Driver, Oscar Isaac, Carrie Fisher, Peter Mayhew, Domhnall Gleeson, Max von Sydow, Gwendoline Christie, Lupita Nyong'o, Andy Serkis, Anthony Daniels, Mark Hamill, Greg Grunberg, Kenny Baker, Simon Pegg, Katie Jarvis, Christina Chong, Miltos Yerolemou, Thomas Brodie-Sangster, Ken Leung, Harriet Walter, Iko Uwais, Yayan Ruhian, Warwick Davis, Jessica Henwick, Daniel Craig, Billie Lourd, Judah Friedlander.
Premios:
2015: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año.
2015: Critics Choice Awards: Nominada a Mejor película.
2015: Críticos de Florida: Nominada Efectos Especiales, BSO, Premio Revelación (Ridley).





Treinta años después de la victoria de la Alianza Rebelde sobre la segunda Estrella de la Muerte (hechos narrados en el Episodio VI: El retorno del Jedi), la galaxia está todavía en guerra. Una nueva República se ha constituido, pero una siniestra organización, la Primera Orden, ha resurgido de las cenizas del Imperio Galáctico. A los héroes de antaño, que luchan ahora en la Resistencia, se suman nuevos héroes: Poe Dameron, un piloto de caza, Finn, un desertor de la Primera Orden, Rey, una joven chatarrera, y BB-8, un androide rodante. Todos ellos luchan contra las fuerzas del Mal: el Capitán Phasma, de la Primera Orden, y Kylo Ren, un temible y misterioso personaje que empuña un sable de luz roja.


¡No hay spoilers de ningún tipo!




Mi relación con la famosa saga galáctica ha sido complicada. Cuando era pequeña (unos 9 años) mi madre me llevó al cine a ver “La guerra de las galaxias. Episodio I: La amenaza fantasma”. Ella era muy, muy fan de la saga y yo no la conocía de nada. El resultado fue que yo me aburrí como una ostra en el cine, y encima no me enteré de nada. Obviamente, los años me hicieron guardar un mal recuerdo y nunca me sentí tentada a ver las primeras. Y eso, que me dijeron en muchas ocasiones que justo había visto la peor de todas y debía intentarlo con las originales. Pero yo ni caso, le cogí una cierta tirria y nunca llegué a ver ninguna con detenimiento, excepto de pasada algún trocito cuando las hacían por televisión.
Pero llegó el año del estreno de la nueva trilogía. Mi madre iba a ir a ver la nueva y a mí empezó a picarme el gusanillo, ¡yo también quería vivir con esa emoción su esperado estreno! Y además, el hecho de que Peter Cushing y Christopher Lee participasen en ellas las había convertido en los años en cintas que debía ver por ellos, pero con las que nunca terminaba de animarme.



Así que me puse a verlas todas. Empezado por la trilogía original (que no quería que me pasase lo que me pasó con 9 años) y siguiendo con las precuelas. ¿El resultado? Pues que me encantaron las tres primeras. Me enamoré de Han Solo y de Chewbacca, de Luke y de Leia, de C-3PO y de R2-D2 y de Yoda. Y por supuesto, de Darth Vader. Y además, de su universo y sus aventuras. Toda su imaginativa y de esos efectos especiales hechos con maquetas y muñecos que tanto me encantan siempre. Y todo esto, sin olvidarse de la presencia de Peter Cushing.
Luego de ellas, vinieron las más modernas, las precuelas. Siendo, como yo recordaba, el Episodio I el peor y mejorando conforme aparecía Christopher Lee en el Episodio II y el Episodio III (¿casualidad?, lo dudo…). En ningún momento llegaron a ser como las originales, los personajes no llegaban a ser tan carismáticos y se centraban mucho en politiqueos. Aun así, el espíritu seguía, tenían sus puntos, contaban más de los orígenes de la historia que tan bien conocíamos y eran entretenidas.
Y llega la nueva, situada justo 30 años después de los sucesos que acontecieron en la trilogía original...





Una de las cosas que más destacan de esta nueva película, son los continuos homenajes y referencias a la película de 1977, “Una nueva esperanza”. Desde esa cantina de mala muerte llena de seres de todos los planetas, pasando por los restos abandonados de las naves que batallaron. Ver de nuevo al halcón milenario meterse dentro de una nave de una forma muy arriesgada, recordar a Darth Vader y su funeral al ver su casco quemado, avistar dentro del halcón milenario el juego holográfico similar al ajedrez, la nueva estrella de la muerte (ahora, XXL) y hasta hay planos idénticos que nos recuerdan a la cinta original.
Y que conste que no es nada malo, al tener más referencias a la trilogía original te queda esa sensación de estar en casa porque reconoces el terreno, ya sabéis, recordar esa morriña y emoción de cuando se vieron por primera vez… y es un cosa que no pasaba tanto con las precuelas. Y a mí, me encanta ver estas cosas.



Otra cosa que va siendo muy habitual en estos ‘reboots’ de sagas, es ese deja-vú que apunta constantemente al origen, y que ya pasó con “Jurassic World”.
Es esa sensación de remake oculto, de que nos están contando otra vez lo que ya vimos. Sí, hay cambios, pero los elementos básicos suficientes para que se reconozca a la predecesora.
Si en “Una nueva esperanza” teníamos a Luke, que no sabía sus orígenes y vivía humildemente hasta que un robot aparece en su vida (R2-D2) y comienza a descubrir su pasado y la fuerza que hay en él, aquí pasa lo mismo con Rey (y ella conoce a BB-8). Y justo los robots son uno de los mayores calcos, al hacer hasta la misma misión.
Las batallas, la estrella de la muerte y la similitud entre el personaje de Yoda y Kanata, tanto físicamente como mentalmente son otras de las “repeticiones”.
Y por supuesto, lo más obvio, el gran parecido físico, y las ideas, que hay entre Darth Vader y Kylo Ren (aunque, el primero impone muchísimo más como malo). Y si hilamos más… ¿el secuaz de Kylo Ren no os recuerda al que encarnaba Peter Cushing?



En cuanto a los actores. La joven Daisy Ridley esta estupenda como heroína de la función, le acompañan un estupendo John Boyega como Finn y Oscar Isaac como Poe Dameron (que imagino que ya tendrá más importancia en las siguientes escenas, porque en esta es casi anecdótico). Y como malo, a Adam Driver como Kylo Ren.
A ellos se unen los veteranos, y queridos, Harrison Ford como Han Solo, Carrie Fisher como Leia y, muy brevemente, Mark Hamill como Luke Skywalker. Junto a C-3PO, por supuesto. A todo es un placer siempre volver a verles con sus ya inmortales personajes. 



Y si hablamos de los efectos especiales, pues son una auténtica pasada, simplemente impresionantes. Todo parece tan real… Aunque claro, esto es mérito de ser una cinta moderna y de que el todopoderoso Disney tiene mucha pasta. Pero hace un curioso contraste entre lo artesano de la trilogía original y los efectos por ordenador ya algo pasados, aunque aún funcionales, de la precuela.
Y no puedo dejar de comentar la estupenda BSO de la película, con los éxitos de siempre. Que te hacen emocionarte nada más escucharlos, sobre todo al principio, mientras vemos los míticos letreros.



En definitiva. Muy, muy recomendable. Está claro que nunca será como la trilogía original, que fue una de esas películas únicas, con un universo particular y propio y una historia muy original, que ha ido enamorando generación tras generación. Pero si supera el inicio de las modernas precuelas. Aunque en este nuevo reboot, extraño un malo con más garra, pero aún es pronto… habrá que ver las secuelas para formarse una opinión completa.
Y me voy despidiendo, aunque no sin antes comentar que yo, aunque tarde, ya me siento una fan más de la saga. Bueno, algo tardía y no tan experta. Pero se me acepta, ¿no? Por lo pronto, tengo muchas ganas de ver ya las dos siguientes, pero esta vez tengo años por delante… que estos días fue mucho más fácil verme todas sin tener que esperar entre ellas.







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