lunes, 23 de febrero de 2015

The Resurrected







Titulo Original: The Resurrected
Año: 1992
Duración: 108 min.
País: EE UU
Director: Dan O´Bannon
Guión: Brent V. Friedman (Obra: H.P. Lovecraft)
Música: Richard Band
Reparto: John Terry, Jane Sibbett, Chris Sarandon, Robert Romanus, Laurie Briscoe, Ken Camroux, Patrick Pon, Bernard Cuffling








Un detective debe ayudar a una atribulada esposa a desentrañar el complicado asunto de la desaparición de su marido que ha estado estudiando por mucho tiempo los secretos de la vida y la muerte para poder dominar el método de la resurrección de los muertos.



En 1992, el director Dan O´Bannon llevó a la gran pantalla uno de los relatos cumbre de Howard Phillips Lovecraft, el Caso de Charles Dexter Ward, demostrando que la historia se podía reciclar con cierto gracejo y respetando el original en los puntos clave. De esta forma, la oscura trama de magia negra, nigromancia y posesiones demoníacas ideada por el solitario de Providence cobra vi da gracias al buen hacer del reparto. Como es habitual en las historias de HPL, las investigaciones de los personajes llevarán a desenterrar oscuros secretos que tendrán como punto final la manifestación de malignas entidades del Más Allá, dispuestas a todo para alcanzar nuestro mundo y sumirlo en una nueva Edad Oscura. El antagonista de The Resurrected está encarnado por el actor Chris Sarandon, que literalmente acojona con su cara de tronado y que puteará a nuestros protagonistas derrochando carisma y savoir faire.

La ambientación del film, plagado de lugares comunes y referencias al escritor norteamericano, cumple con creces su tarea de contextualizar el universo de la historia y nos hará presenciar el terrible periplo de los protagonistas en su investigación de los oscuros secretos que envuelven una historia repleta de misterio, magia, horror y reencarnaciones desde el mundo de ultratumba. Como es natural, esta peli me parece una de las adaptaciones de HPL más correctas, aunque adolece de ciertos fallos en el guión y la puesta en escena resulta un tanto cutre.

Con esto no estoy diciendo que la peli sea una mierda pinchada en un palo, lo que quiero decir es que los ascopena: el gore es de marca Hacendado, los mostrencos de goma que deberían hacernos cagarnos en los gayumbos parecen sacados del Tren de la Bruja que ponen en las verbenas de puebleo y en general, se nota que la falta de presupuesto tuvo nefastas consecuencias a la hora de conseguir un acabado de mayor calidad para el conjunto del largometraje. Hablando de verbenas de pueblo, toda la escena de nuestros protagonistas explorando el laboratorio del nigromante está planteada como una de esas atracciones de feria, en los que te montas en un vagón y atraviesas el Tunel del Terror. Horrore e Pavore.
demonios y los muertos resucitados que podemos contemplar son del tipo

Unas mierdas llevarán a otras y al final del escondrijo tendrán un encuentro con un ser del Averno al que le faltan, por así decirlo, un par de noches de parranda en el barrio murciano de Lo Campano. Menos mal que en el enfrentamiento, los protagonistas pierden la linterna y solo se vislumbra lo que pasa, porque es de mucha risa todo lo que acontece: aquello chirría más que un bocata de pipas Churruca y tiene menos ritmo que el tablao flamenco de los Playmobil. En suma, previsible 100%: amigo al que visten de torero y protas que consiguen salir corriendo como auténticos hijos de puta, al mejor estilo de la tradición lovecraftiana. Pero es que el berraco que nos ponen para acojonar al personal haría que el mismísimo Lovecraft se levantara para sacarles los ojos con una cuchara a los que crearon esta película y hacérselos comer con precipitación y alegoría.

En serio, no sé que da más pena, si un jodido zopenco de goma que parece el hermano tontorrucio del Vengador Tóxico o poner un efecto digital que canta por soleares, que canta más que Camarón de la Isla en la ducha. Si os leéis el relato de Lovecraft, uno de los más extensos de su bibliografía, os daréis cuenta de que sus horrores son casi imposibles de describir porque son informes o apenas se les puede ver, son como fogonazos de maldad flotando en una atmósfera densa, oscura y opaca. Aquí, en cambio, The Resurrected opta por la vía fácil: chavales, se acabó el relato de HPL, ahora sur vamos a poner chustarra zetosa en vena, aquí nos quitamos la máscara de homenaje a Lovecraft.

Con esto quiero decir que la peli cumple en las escenas sin efectos visuales, pero es que cuando recurre a éstos, te dan ganas de enterrar la cabeza en el sobaco de Chtulhu y usarlo para no ver el final. Por desgracia, el mal trago de la secuencia del laboratorio (que mira que empieza bien y luego termina siendo bazofia) se repite en el epílogo de la peli, donde el malo se descubre y hay una lucha épica entre el maligno antecesor del antagonista (un nigromante que quiere volver a la vida) y éste, quien ha estado puteando con alegría y cachondeo a nuestros amigos los investigadores. Olvidad la definición que da el diccionario a la palabra “cutre”. Ésto es otro nivel, ahora os lo digo... Un esqueleto de pega que cobra vida y empieza a exterminar al cabronazo del malo, todo ello rodado con nulo sentido del ridículo y con una incontinencia visual que haría mojar los calzones al mismísimo Ed Wood. De verdad que esta escena es tan triste y tan falsa que todavía hoy me causa chock de tanto reírme. Tonta, absurda, sin sentido... Se me ocurren 1000 000 millones de epítetos para valorar el catastrófico tercer acto de The Resurrected: largometraje que empieza bien, cuenta con un desarrollo correcto pero que al fin y al cabo, cuenta con el tremendo handicap de la escasez y modestia de los medios utilizados.

Ahora bien, incluso esta peli le da mil patadas en la mitad del culo a despropósitos como La Herencia Valdemar y La sombra prohibida, películas donde la magia, el terror y las entidades tentaculares se mezclan sin pudor con tramas tipo Los Serrano yAl salir de clase, pasadas por la turmix de la novela gótica peor digerida y con unos desenlaces que podrían haber sido guionizados por Pedro Vera, el autor de Ortega y Pacheco.


Recapitulando, la pelicula de O´Bannon tiene sus puntos positivos y es una correcta adaptación, la base literaria de la que parte es muy amena e interesante, factor que hace captar la atención del espectador. Todo el mundo de la magia negra, el ocultismo y las extrañas maquinaciones para traer de vuelta a los muertos me parece bien planteado, pero ya os digo, cuando la peli trata de meter miedo con las apariciones de monstruitos se convierte en algo deleznable. Aconsejo ver The Resurrectedcomo ejemplo el cine de temática lovecraftiana que se puso de moda en los años 80 del pasado siglo (La Cosa, Reanimator) y cuyos últimos coletazos se produjeron en 1995 con En la Boca del Miedo (de John Carpenter también, como La Cosa). Como nota personal, hay que añadir que el legado literario de HPL no ha sido demasiado respetado en sus incursiones cinematográficas, pero algunos ejemplos como En la Boca del Miedo nos hacen pensar en que algún día alguien tomará el relevo de Carpenter para hacer una peli de gran calidad, esperemos que sea Guillermo Del Toro con su prometida adaptación de En las Montañas de la Locura. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario