sábado, 4 de agosto de 2018

Philip K. Dick's Electric Dreams (TV Serie, temporada 1)




Otra vez me he quedado sin reseñas de cine por culpa de mi vagueza veraniega. Como tengo 'medio' preparada mi entrada anual sobre series (a publicar a mediados de agosto o eso quiero intentar), hago trampa y tiro de algo que ya escribí hace un tiempo. Y bueno, así también aligero un poco la futura entrada de mi seguimiento de series.
¿Queréis saber más sobre este peñazo de serie? (ups, os hago algo de spoiler).




Escena de 'Autofac'.
Real Life. En el futuro, existe un dispositivo que te emula unas ‘vacaciones’ basándose en tus sueños, tu vida y tus deseos. Es como soñar, pero muy real. Una policía acepta usarlo para ver si así logra evadirse de un caso que le salió mal y que la tortura diariamente. El problema viene cuando le es imposible adivinar cuál es su vida real y cuál es su simulación.
Interesante capítulo que mantiene muy bien la dualidad también para el espectador, haciendo que también se pregunte que es real y que no lo es. Pero que, definitivamente, no me venden a mí el aparatito ese. No me convencen esas emulaciones que hace tan deprimentes, tienes un mal día y en vez de conectarlo para irte de ‘vacaciones’, te hunde más en la miseria.
Capítulo entretenido, que cuenta además entre su reparto con Anna Paquin y Terrence Howard

Autofac. Después de una nueva guerra en el mundo, este se ha colapsado y los humanos prácticamente se han extinguido. Los restantes intentan sobrevivir como pueden, pero les frena una famosa empresa que a pesar de que el mundo ya no existe como antes, sigue operando y basándose en la máxima de que el consumismo hace a los humanos felices. Pero los humanos ya no necesitan esas cosas, necesitan que la fábrica deje de contaminar
Una historia muy bien contada, llena de giros interesantes, muy buen ritmo y con buenas actuaciones. Resulta muy interesante y mantiene enganchado al espectador. No hacía nada más que pensar en un Amazon gigante, robótico y con muy malas pulgas.
Cuenta con Juno Temple como protagonista. 


Steve Buscemi en 'Crazy Diamond'.
Human Is. En el futuro, la tierra se ha quedado sin oxígeno y los humanos viajan a otros mundos para buscarlo. Cuando un hombre regresa a su casa después de ser dado por muerto, su mujer empieza a sospechar. El hombre que ella conocía ya no la quería y la maltrataba psicológicamente, pero el de ahora es amable y parece quererla. ¿Es él de verdad?
Capítulo bastante aburrido y previsible, cuenta con Bryan Cranston como protagonista, pero aun así no motiva. Se hace largo y tedioso, y como sabes perfectamente cómo acabará, no esperas ninguna sorpresa final. Su manido discurso sobre que nos hace o no humanos está ya muy desfasado.

Crazy Diamond. Un hombre anodino, que todos los días hace las mismas cosas, se ve un día tentado por una mujer sintética, solo necesita darle una cosa de la fábrica donde él trabaja, y ambos podrán huir y vivir la vida libre que él siempre deseó pero nunca se atrevió a hacer realidad.
Por ahora, y sin ninguna duda, el peor de la serie. Es una autentica lastima desaprovechar que tienes a Steve Buscemi como protagonista. ¡Dadle una buena historia, leñe!
Más que un capítulo de ciencia-ficción, parece uno sobre la crisis de mediana edad en los hombres. Con pelirroja ‘femme fatal’ sacada de una película noir. No es creíble, no engancha nunca por mucho que trata de dar vueltas y vueltas, y su final es patético.   


Escena de 'Safe and Sound'.
The Hood Maker. En el futuro, existen unos humanos que han mutado a telépatas. Son repudiados por la sociedad y contratados solo para leer mentes. A la gente eso no le hace ni pizca de gracia y crean unas capuchas que impiden que se les lea la mente. Mientras, dos policías: una telépata y un humano normal investigan de donde han salido esas capuchas.
Otro capítulo muy aburrido, que pelea con el de Buscemi por ser el peor de la serie (para mí, este es peor, el otro al menos tiene al bueno de Steve). Lento, previsible, moñas (¡que frasecitas!), tonto y no me dormí vete a saber porque. Si os lo saltáis tampoco pasa nada.

Safe and Sound. Una madre y su hija, que viven el en exterior (en una de las denominadas ‘burbujas’), se mudan a una de las grandes ciudades futuristas. Cuando se matricula en el colegio, descubre que todos allí usan un dispositivo inteligente que puede hacer de todo (pero que los mantiene monitorizados y localizados). Ella, para intentar encajar, consigue uno aunque su madre se lo prohíbe. Y ahí empieza a entrar en la ola de obsesión y paranoias que invade a la gran ciudad.
Un capítulo entretenido y con buenas interpretaciones de madre e hija, que mantiene el interés durante toda su duración por saber si la niña está chalada, la manipulan o es todo real. Pero que se descalabra bastante al llegar al final. Un final bastante previsible que revela una crítica social muy tosca y muestra lo que ya todos sospechábamos mientras lo veíamos. ¿Otra vez con el gobierno nos manipula? Lástima, podría haber estado mucho mejor.


Geraldine Chaplin en 'Impossible Planet'.

The Father Thing. Os explicaría la sinopsis, pero es básicamente “La invasión de los ladrones de cuerpos” (ya sabéis, marcianos que vienen a la Tierra y se meten en los cuerpos de los humanos, suplantándolos).
En los años 50 estaba muy de moda el tema, salieron muchos relatos del estilo, así que tampoco es de extrañar.
En cuanto a la adaptación del relato, se deja ver pero es un tema tan manido que no aporta nada a lo ya visto. Los actores no están mal. Pero como es habitual en la tónica de la serie, todo se puede ver sin darle vueltas ni hacerle demasiado caso.

Impossible Planet. El futuro es como en “Futurama” (pero no tan guay) y se hacen viajes espaciales a otras partes de la galaxia. Un día, una anciana acude a una empresa dedicada a hacer estos viajes y les pide ir a la Tierra, un lugar al que no se puede ir desde hace muchísimo tiempo.
En su reparto cuenta con Geraldine Chaplin. El puntito especial se lo dan los viajes espaciales, sus personajes y el robot (es como Alfred, pero robótico, ¡ojala tener yo uno!) Tiene un toque conmovedor (y romántico, tanto en sentido amoroso como en el hecho de querer volver a un tiempo pasado muy diferente) que es el que deja un buen sabor de boca al final. Pero no es lo suficiente como para que lo recuerdes mucho más. Pasable.


Rafe Spall en 'The Commuter'.

The Commuter. Un empleado de transportes descubre que hay gente que todos los días acude en tren a un lugar que no existe en los mapas. Un día, decide ir él también y allí descubrirá que se puede vivir una realidad alternativa. Una en la que sus graves problemas con su hijo ya no existen.
Probablemente el mejor capítulo de la serie (lo que no es mucho decir, el nivel es bajísimo) que cuenta con un genial Timothy Spall, que desprende ternura y empatía. Con una atmósfera inquietante y que atrae, engancha desde el principio a querer conocer ese misterioso lugar y las repercusiones que pueden traer moralmente al vivir esa realidad alternativa. Bien mostrado el mensaje, que cala en el espectador. Muy buenas historia, muy bien adaptada y muy bien interpretada.

Kill All Others. Una política da un mitin llamando a la violencia y la gente le acaba haciendo caso. Hay más rollo, sobre si unos dicen que no lo dijo, otros que sí y blablá, el caso es que me aburría tanto que nunca le presté demasiada atención.
Nunca se molesta en explicarte nada, e imagino que quiere ser una parábola sobre la sociedad de ahora, con Tump y demás. Generar agobio, hacerte pensar… pero así de mal planteado como está y con personajes que importan cero, nunca lo consigue.
Como le pasa a la mayoría de la serie, tiene un aire desfasado y un final nefasto (no por acabar mal, si no por ser un coñazo).
Sale Vera Farmiga, es lo único bueno (con un peinado de esos futuristas que llevan anunciando que llevaremos desde los años 50).



En definitiva, una serie bastante aburrida que quiere aprovechar el tirón de “Black Mirror”. Tiene el record de que ningún capítulo me haya gustado especialmente, oscilando todo entre un ‘meh’ y un ‘vaya coñazo’. Y de los que no recordaré prácticamente nada de aquí a un año.
El problema de la serie, en mi opinión, radica en su aspecto desfasado (es el futuro, pero nunca lo parece. Ni ‘físicamente’ ni en los temas tratados) y en unos finales sin gracia, pausados y bruscos (muy típicos del escritor, la verdad sea dicha).

Muy decepcionante. La verdad no la recomendaría, en todo caso, os diría que vieseis "The Commuter" y "Autofac", y ya está. Pero vaya, que realmente lo que os recomiendo es no verla. Obligarme a ver cada capítulo ha sido bastante tortuoso y la he visto entera porque como son capítulos independientes me decía a mi misma: “no pueden ser todos tan aburridos”. Pues sí, sí pueden.


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