sábado, 4 de abril de 2015

Cenicienta (Cinderella)






Título original: Cinderella
Año: 2015
Duración: 112 min.
País: EEUU
Director: Kenneth Branagh
Guion: Chris Weitz (Cuento: Charles Perrault)
Música: Patrick Doyle 
Reparto: Lily James, Cate Blanchett, Helena Bonham Carter, Richard Madden, Holliday Grainger, Sophie McShera, Eloise Webb, Derek Jacobi, Hayley Atwell, Stellan Skarsgård, Leila Wong, Ben Chaplin.
Premios:
2015: Festival de Berlín: Sección oficial largometrajes (fuera de concurso).









La historia de "Cenicienta" cuenta las andanzas de la joven Ella (Lily James) cuyo padre, un comerciante, vuelve a casarse tras la muerte de su madre. Ella quiere dar gusto a su padre y acoge con cariño a su nueva madrastra (Cate Blanchett) y a sus hijas Anastasia (Holliday Grainger) y Drisella (Sophie McShera) en la casa familiar. Pero, cuando el padre de Ella muere inesperadamente, la joven se encuentra a merced de una nueva familia celosa y cruel. Al final, Ella queda relegada a ser una sirvienta cubierta de ceniza por lo que le ponen el triste nombre de Cenicienta. Pero no pierde la esperanza y a pesar de la crueldad con la que la tratan, está dispuesta a cumplir las últimas palabras de su madre que le dijo que debía "ser valiente y amable".



Lily James es Cenicienta

Quién me ha visto y quién me ve… cuando era pequeña, la sola mención de que me iban a poner una película de princesas Disney me provocaba urticaria (especialmente, tres eran los casos más graves: “La bella durmiente”, “Blancanieves” y “Cenicienta”).
Mientras que el resto de cintas Disney las veía una y otra vez, estas las veía en menor medida. Como siempre me ha gustado muchísimo dibujar, ver la fantástica animación de Disney (siempre magnífica y perfecta. Y las tres cintas de las que hablo tienen, respectivamente: 56, 78 y 65 años) y sus personajes secundarios (animales, normalmente) me hacían acabar viéndolas y disfrutando, pero seguía enfadándome al ver a chicas tan ñoñas, bobas y buenas que sólo ansiaban encontrar al amor de su vida (nunca quise ser princesa como mis compañeras, y no me sentía nada identificada).
A día de hoy, comprendo la época (y la mentalidad) en la que se hicieron, entiendo el por qué. Y bueno, para que engañarnos, incluso las películas más actuales Disney, y que pretenden ser más modernas, “Mulán”, por ejemplo, guardan la misma esencia. Sólo hemos cambiando la personalidad de las chicas, algo más guerreras y menos conformistas (y sólo en algunos casos). Algo es algo, pero queda camino. Y mientras, yo seguiré disfrutando con su animación y sus bonitas historias de cuento, aunque mis preferidas siempre serán las que involucran más acción y menos amoríos (y personajes no humanos, es así).


Cate Blanchett es la madrastra

Todo este rollo, para explicaros por qué fui a ver “Cenicienta”, el mayor motivo fue ver a Cate Blanchett, no os voy a engañar. Bueno, aparte de ella, influyó su ambientación, su colorido y su vestuario (vistos en el tráiler). Pero sin Cate, dudo que hubiese ido.
Esta revisión de “Cenicienta” se ciñe totalmente a la historia que Disney nos contó en los años 50. Yo soy muy contraria a introducir cambios a los clásicos, si algo está bien, no lo toques (y si salió mal en su día, pues ni hablemos). Pero por ningún motivo, eh, ni por querer introducir cosas modernas, ni por innovar, ni por nada… creo que para eso, te inventas otra historia y metes tus gustos. Así que por ese lado estoy bastante contenta, se han introducido pequeñas alteraciones y algún detalle nuevo, pero nada que moleste. Además de meter guiños y algún toque más cómico.

Para la cinta, se ha prescindido de canciones a lo musical (ya sabemos del amor de Walt a que todo se cantase), cosa que yo siempre agradezco, que ya desde pequeña, me molestaba que se pusiesen a cantar porque sí. Soy una anti-musicales total, ya desde la cuna, es así.
También se ha prescindido de tantos animalitos (lo que me gustaban a mí…), recortando prácticamente todas las escenas que los involucrasen. Respetando tan solo a los ratones, que tienen un poco más de protagonismo, pero nada más. Con esto, se ha ganado en ahondar más en la vida de los personajes y sus dramas.


Helena Bonham Carter como la hada madrina

Se nota bastante la elección como director de Kenneth Branagh, tan shakesperiano él, dota a la película de ese matiz.
Por otra parte, la selección de los actores ha sido muy buena, todos lo hacen francamente bien, destacando por encima de todo a una estupenda y brillante Cate Blanchett, como la madrastra malvada, que se convierte en toda una roba-escenas cada vez que aparece. Con esa elegancia innata, que la hace llenar la pantalla y acaparar las miradas nada más surge. Igualándola a iconos clásicos del cine como Batte Davis o Marlene Dietrich. Una estupenda malvada que atrapa desde el principio. Otra veterana a la que podemos ver es a Helen Bonham Carter, que deja los looks oscuros para ser una reluciente hada madrina.
Y a los jóvenes enamorados, claro. Lily James es Cenicienta y Richard Madden el príncipe.
Y no me puedo olvidar del magnífico vestuario que llevan los actores, en especial los vestidos de ellas. Y esa ambientación de cuento de hadas, con una gran mansión, un castillo precioso y un pueblecito encantador. Todo lleno de colorido y vida.


El lado malo de la cinta, sólo viene dado por lo que todos imagináis. Lo primero, que al conocer la historia mejor que la vida de algún amigo o familiar, pues sorpresas ni una. Sabemos cómo empieza, sigue y acaba.
Lo segundo, que la historia sigue resultado muy ñoña y azucarada, vaya, como en la original (tampoco esperaba yo otra cosa, sigue siendo “Cenicienta”).
Y tercero, que las ganas de darle un tortazo a Cenicienta, para que espabile y tire de casa a las tres arpías que le ha endorsado su padre siguen muy presentes. Si es que ya de pequeña recuerdo pensar que eso de ser bondadosa y buena lo comprendía, pero de ahí a dejar que te esclavicen y tú no digas nada, pues hay mucho trecho.


Richard Madden como el príncipe

Aquí, con esta fiel revisión de “Ceniencienta”, parece que volvemos a esa época dorada del Hollywood clásico. Con ese aire tan cándido e inocente…
En fin, para ir cerrando esto, sí que recomiendo la película a la gente. Es cierto que puede provocar subidones de azúcar, pero tampoco era de esperar otra cosa. Y variar un poco de mis dosis de gore habituales no me viene mal. Con el resto de mi reseña, creo que está claro que podéis esperar de ella. Pero creo que, como mínimo, por ver a la gran Cate Blanchett vale la pena.
Y si después de verla, os quedáis con ganas de más, ¡no hay problema! Ahora a Disney le ha dado una venazo por hacer de carne y hueso sus éxitos, así que preparaos para las revisiones que vienen: “El libro de la selva”, “La bella y la bestia”, “Dumbo” y el reciente rumor de “Mulán”.

Y se me olvidaba comentar que antes de la película, se puede disfrutar del corto previo de “Frozen”. Muy gracioso y divertido, sobre todo por las escenas de Olaf... Le idolatro mucho, ¿algún problema?


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