domingo, 9 de marzo de 2014

Somos lo que somos (We are what we are)





Título original: We are what we are
Año: 2013
Duración: 106 min.
País: EEUU
Director: Jim Mickle
Guion: Jim Mickle, Nick Damici
Música: Philip Mossman, Darren Morris, Jeff Grace
Reparto: Julia Garner, Ambyr Childers, Bill Sage, Kelly McGillis, Michael Parks, Wyatt Russell, Nick Damici, Vonia Arslanian, Annemarie Lawless, Reagan Leonard, Laurent Rejto, I.N. Sierros, Joel Nagle, Hollis Gilstrap.
Premios:
2013: Festival Cannes: Quincena Realizadores largometraje en concurso.
2013: Festival de Sitges: Sección oficial largometrajes a concurso.








Los Parker siempre se han mantenido fieles a su más antigua tradición. Frank, el patriarca, dirige a su familia con mano dura imponiendo sus convenciones. Pero un día, la madre fallece y las hijas, Iris y Rose, se ven obligados a asumir unas terribles responsabilidades. La tarea más importante, será la de poner la carne en la mesa, pero no una cualquiera... se trada de carne humana.
El médico del pueblo empieza a sospechar de ellos y empieza a investigar, pero como la policía no parece darle crédito, tendrá que hacerlo por su propia cuenta.





La película es una remake de la cinta mexicana “Somos lo que hay”. No la he visto, por lo que no puedo comparar, pero sí que leí la sinopsis en su día y no son totalmente iguales. Siendo en esta la madre la que muere y las hijas las que se encargan de conseguir la carne, y en la original el padre es el que muere y el hijo el encargado. Pequeños cambios, pero la idea central se mantiene, el canibalismo. Pero tratado de forma, podríamos decir que ‘elegante’.
La película no ahonda en el gore, prácticamente ni lo hay (excepto su fantástico y macabro final). Analiza la vida de esta particular familia, capitaneada por el padre de familia, un hombre duro que obliga a su familia a capturar jóvenes que después cocinarán y se comerán.
Primero, la tarea de alimentar recae en el madre, pero cuando esta muere, es su hija mayor, Iris, la que se deberá encargar. Pero ella y su hermana Rose odian la vida que llevan y no quieren seguir haciéndolo, pero el miedo que la figura de su padre les inspira, les impide revelarse.



Uno de los mayores aciertos de la cinta es la manera en la que está llevada, seria y rigurosa. Con una ambientación fantástica y unos actores geniales. No es como muchas películas sobre caníbales, que casi siempre caen en el cachondeo y en la orgía de sangre y tripas.
Pero desde luego, sus actores son los que hacen a la película brillas. Muy bien dirigidos y actuando de forma creíble. El padre, un genial Bill Sage, es terrorífico, como ese hombre loco, enfermo y sectario (un fanatismo religioso extremo), que impone su férrea voluntad a su familia. Las hijas, realizan sus roles a la perfección, sin caer en estupideces de adolescentes tan típicamente americanas. Son dos chicas asustadas, obligadas a hacer lo que su padre les dice y que no pueden hacer una vida como la del resto de personas, pero que ellas ansían tener.



Pero quizás, uno de sus problemas (a pesar de que antes os he dicho que es bueno) es la seriedad con la que se toma así misma. Sí que era algo bueno porque no caía en el cachondeo habitual en este tipo de cintas, y le da su toque de personalidad, pero es algo con su reverso malo porque realmente la historia no es algo novedoso. Me explico, es la típica película gore (su guion), despojada de las características de ese género y convertida en un drama que quiere ser serio y duro. Ahí es donde flojea. Porque queda extraño, parece que ambas cosas no casan demasiado. Toma seriamente algo que no puedes creerte demasiado. Desaparecen muchas chicas en el pueblo y el policía siempre dice: “ya aparecerá, estará en casa de una amiga”. El médico (un estupendo Michael Parks) le da muestras de huesos humanos que ha encontrado en el río (provenientes de la casa de nuestros caníbales) y este no le cree. Es más, acaba la cinta y el ‘agente de la ley’ no se ha enterado ni de que ha desaparecido uno de sus chicos, ni de las muertes, ni de nada.
Sin contar que como puede ser que toda la familia haya estado matando a gente para comérsela desde hace cientos de años y ni los hayan descubierto, ni haya salido alguien cuerdo que deje de hacerlo, ni porque no han muerto todos de esas enfermedad que tienen… y mucho menos, como le explicas a tu mujer/marido que es tradición heredada de tus antepasados el comer personas una vez al año.



También peca de lenta en su tramo medio… por lo mismo ya citado, su seriedad y el querer presentar tanto a sus personajes. Pero como los actores interpretan muy bien y quieres saber que seguirá sucediendo, contrarresta a los momentos más aburridos.
Y el final, aunque algo precipitado y rápido, es uno de los mejores momentos. Brutal y sangriento, no esperado, y que cambia totalmente la línea que seguía la película. Realmente la mejora y hará que la recuerdes.




En definitiva, una película interesante. No es perfecta, tiene sus pros y sus contras. Pero que en conjunto, resulta de lo más atractiva. Recomendable para todos aquellos que no tengan un estómago sensibles (que aunque no es demasiado sangrienta, su escena final puede ser dura y la trama, para los más flojos, sigue siendo siniestra).
De momento, yo me apunto para ver la original mexicana, que parece que es mucho más explícita.
¡Y si alguien la ha visto, que me cuenta por aquí!







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