lunes, 24 de febrero de 2014

The Trotsky







Titulo original: The Trotsky.
Año: 2009.
Duración:120 Minutos.
País: Canadá.
Director: Jacob Tierney.
Guión: Jacob Tierney.
Música: Malajube.
Reparto: Jay Baruchel, Emily Hampshire, Geneviève Bujold, ColmFeore, Saul Rubinek, Michael Murphy, David Julian Hirsh, Liane Balaban, Taylor Baruchel.












La historia gira en un torno a un joven de 17 años llamado León Bronstein (Jay Baruchel). Éste cree ser la rencarnación del que fue el rival de Stalin, León Trotsky. Él realiza una huelga en la fábrica de su padre, David Bronstein (Saul Rubinek), para pedir mejoras laborales y que tengan un sindicato, pero la huelga resulta en fracaso y Bronstein termina arrestado por orden de su padre. Las tensiones entre ambos crecen y, finalmente, su padre decide llevarlo a un instituto público en Montreal. Desde su llegada, León decide poner a todos en pie de guerra contra los profesores y el director, pidiendo que se les trate con respeto y les permitan tener un sindicato que defienda sus derechos.







Una gran producción que entretiene, tanto a historiadores como a aficionados al cine, incluso al público en general.
Es cierto que parte de un punto histórico y que, conocerlo, te la hará más amena, pero no es ningún inconveniente para disfrutar este vídeo.
El único fallo que le encuentro, es que da algunas cosas supuestas de la vida de Trotsky, como cuando se habla de lo del picahielos (Trotsky fue asesinado en México por un sicario español a órdenes de Stalin) o cuando él llama a uno menchevique (los marxistas más moderados de los que era líder Vladimir Lenin y Yuli Mártov, a los que se les acusaba de apoyar el capitalismo).
En la película, Bronstein está convencido de ser la reencarnación de Trotsky, por lo tanto, él quiere vivir del mismo modo que lo hizo éste.




El actor más importante es, como no, León Bronstein. Él actúa excelentemente, su forma de hablar, el hecho de no ser histriónico, da mayor credibilidad al personaje y a sus discursos.
Tiene giros cómicos, pues llama a mucha gente fascista y tiene un poco creído el ser comunista, pero no en exceso, lo que le hace soportable e incluso gracioso.
Los demás actores como su padre, David Bronstein, actúa bien. No sale en muchas ocasiones, pero también tiene sus momentos. El otro personaje que más se deja ver es su hermana, quien tiene el papel de ser el apoyo de Bronstein en todo momento.




Pese a no ser estrictamente histórica, puesto que no trata directamente ningún hecho histórico, el conocimiento del protagonista de ésta es extenso. No sólo conoce de memoria la vida de Trotsky y la revolución rusa, sino que sabe de casi todas las revoluciones ocurridas a lo largo del tiempo en toda Europa.






En cuanto a la línea argumental, aunque ocurra en tiempos actuales, el fondo hay que buscarlo en el siglo anterior, la revolución bolchevique, o rusa, de 1917. Con la derrota rusa en la guerra contra los japoneses a principios de siglo por controlar los puertos más orientales de Siberia y, en concreto, el muelle de Vladivostok. Fue aquí donde nacieron los antecedentes, el pueblo se alzó y, aunque no se derroco a los zares, consiguieron un régimen semiparlamentarista y semiconstitutivo. Cuando la Gran Guerra estalló en 1914, los zares empezaron a mandar contingentes a luchar contra los alemanes, los austro-húngaros, los italianos (posteriormente los otomanos) y los búlgaros. Esto provocó un gran descontento y, después de tres años, Rusia se retiró de la guerra para combatir su propia revolución. La revuelta triunfó y, como consecuencia, los zares fueron ejecutados y se impuso un régimen comunista basado en las directrices del marxismo (llamado así por su creador Karl Marx y, aunque pocos lo recuerdan, Friedrich Engels). Rusia pasó a ser la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) con dirigentes tan carismáticos como Joseph Stalin.




En definitiva, recomiendo la película a todo el mundo. Tanto si conoces la historia, como si no (si no haces bien en leer esta reseña), ya que esta última no es impedimento alguno para disfrutarla.
Puede que dos horas sea demasiado para una película tan pesada, para mí no, puesto que no creo que nada que hable de historia sea pesado.




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