Ouija: el orígen del mal (Ouija: Origin of Evil)

Título original: Ouija: Origin of Evil

Año: 2016

Duración: 99 min.

País: EEUU

Director: Mike Flanagan

Guion: Mike Flanagan, Jeff Howard

Música: The Newton Brothers

Reparto: Annalise Basso, Elizabeth Reaser, Lulu Wilson, Henry Thomas, Kate Siegel, Doug Jones, Lin Shaye, Alexis G. Zall, Sam Anderson, Ele Keats, Parker Mack, Lincoln Melcher, Eve Gordon, Chelsea Gonzalez, Gary Patrick Anderson, Bob Gebert.

Una joven usará la ouija imprudentemente para intentar contactarse con su padre recientemente fallecido. Ella y su grupo de amigos deberán enfrentarse a sus peores temores cuando despierten a un ser maléfico procedente del otro lado y al que solo ellos pueden devolver a su origen.

Lo de esta película es casi un caso de estudio. Porque decidme, ¿desde cuándo una segunda parte (en este caso, es una pre-cuela) puede ser mil veces mejor que una primera parte? La primera película, “Ouija” (que ni fui a verla al cine, la vi en casa, y Raquel os la reseño aquí) era mediocre, rutinaria, aburrida y casi carente de sustos. Vaya, le fallaba todo, incluido un guion soso y sin nada especial y unos actores del montón. Y eso que a mí me decepcionó menos que al resto del mundo porque cuando la vi ya estaba preparadísima, después de leer tanta basura sobre ella, fijaos que hasta me entretuvo (era un día que estaba poco exigente además).
Pero ahora viene Mike Flanagan (al que ya le conocíamos por las interesantes “Oculus: el espejo del mal” y “Hush”, entre otras) y dota de más personalidad y terror a la cinta.
He ido a ver esta segunda parte al cine, sorprendida al ver tantas críticas positivas, y no me ha decepcionado (aunque tampoco es la panacea).

La historia nos lleva a la vida de una familia formada por una madre y sus dos hijas, el padre ha muerto y ellas se ganan la vida como pueden ejerciendo de médiums. La madre hace las sesiones y las hijas se encargan de los efectos para que los clientes se las crean. Pero todo cambia el día que la madre decide comprar una Ouija para darle otro aire a sus sesiones de espiritismo, con ella contactaran de verdad con espíritus malvados que se irán apoderando poco a poco de ellas.

Es curioso que para esta segunda parte, todo se haya tomado mucho más en serio. Es cierto que no hay nada nuevo en ella, pero lo que cuenta, lo cuenta bien. Es la típica historia sobre la ouija y las posesiones y aunque me hubiese gustado algo más de sustos y una acción más rápida (la cinta tira más bien en reposada), el guion es entretenido. Que metan una historia siniestra de nazis en la ecuación mola, sigue teniendo guiños con la película anterior (bocas cosidas, mirar por el espejito de la ouija…) y su final me gustó.
Arreglar el estropicio de la anterior película no era difícil (nada funcionaba, así que…), pero viendo la pasta que cosechó, pensé que ni se esforzarían, así que eso ha sido la gran sorpresa de la cinta.
Y la estética setentera le sienta muy bien, a juego con su fotografía. El poco presupuesto no se nota, como suele ser habitual en la productora (reina del terror de bajo presupuesto), saben usar bien lo que tienen. 

Además, para esta pre-cuela, nos olvidamos de los horribles y estúpidos adolescentes que vimos en la anterior y contamos con personajes digeribles, con más psicología (están más elaborados y se nota), a los que no quieres destripar tu misma nada más empezar.
La pequeña Lulu Wilson está estupenda, es difícil que una niña haga tan bien de poseída y suelte esos diálogos tan impresionantes que hace, pero oye, chapó para ella. Y veo que le ha cogido el gustillo al género, porque vamos a verla próximamente en más cine de terror, entre ellas, en “Annabelle 2”.
Sus compañeras de reparto son su hermana, interpretada por Annalise Basso (a la que vimos hace nada en “Captain Fantastic”) y la madre, la veterana Elizabeth Reaser (que también sabe que es el terror porque salía en la saga “Crepúsculo”). Y al cura (no puede faltar uno) le da vida Henry Thomas, al que hemos visto en montones de películas muy conocidas. Todos realmente bien y creíbles. Son buenas interpretaciones.

Dato tonto ahora, me hace gracia que la película sea de Hasbro, que es la que tiene la patente del juguete. Porque si, la Ouija ahora es un juguete y esta película es sobre eso (como hacer una película del Monopoly, vaya. Que creo que también quiere hacer una… ¿no?).
Michael Bay produce la cinta (lo que toca este hombre lo convierte en oro, otro caso de estudio) y la productora es BloomHouse, encargada del cine de terror de poco presupuesto (y a la que tan bien le están yendo las cosas, en especial con sus sagas, las tiene todas: la de “Paranormal Activity”, la de “Insidious”, la de “Sinister”, la de “The Purgue: la noche de las bestias”… y mucho más).

En cuanto a la recomendación, la cinta sorprende mucho porque la primera era tan mala que esta automáticamente choca al ser un producto mucho mejor realizado y contado. Tampoco hay que equivocarse, no es que sea el culmen de las novedades, ni la mejor cinta de terror del año. Pero es entretenida y consistente.
No es tampoco excesivamente terrorífica, por si eres muy miedoso/a y te lo estás preguntando. Tiene algunas escenas, pero en general gusta de abundar en la psicología de sus personajes y dejar lo más terrorífico para pinceladas y su revelación final. Así que, podéis darle la oportunidad, merece la pena, y así olvidaros de su floja primera parte.