jueves, 6 de marzo de 2014

Behind the Candelabra - 'Un muy buen retrato de la vida de Liberace y su tormentosa relación con los hombres'





Titulo Original: Behind the Candelabra
Año: 2013
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Director: Steven Soderbergh
Guión: Richard LaGravenese
Música: Marving Hamlisch
Reparto: Michael Douglas, Matt Damon, Dan Aykroyd, Debbie Reynolds, Scott Bakula, Rob Lowe, Cheyenne Jackson, Boyd Holbrook, Nicky Katt, Tom Papa
Premios: 2013: Globos de Oro: Mejor película para TV y actor (Douglas). 4 nominaciones
2013: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
2013: Premios Emmy: Mejor Telefilm, Dirección y Actor (Douglas). 15 nom.
2013: Premios BAFTA: 5 nominaciones, incluyendo Mejor guión adaptado
2013: Satellite Awards: 3 nominaciones, incluyendo mejor miniserie o telefilm




Antes de Elvis, Elton John y Madonna, existió Liberace: pianista virtuoso, artista exuberante, habituado a la escena y los plató de televisión. Liberace apreciaba la desmesura y cultivaba el exceso, dentro y fuera del escenario. Un día de verano de 1977, el joven y hermoso Scott Thorson entra en su camerino y a pesar de la diferencia de edad y del medio social, los dos hombres empiezan una relación secreta que duraría cinco años. 


Steven Soderbergh es uno de esos directores que me encantan, de esos que cuando sabes que ha sacado una nueva película no importa el genero que sea, simplemente la veo porque esta dirigida por él. No he visto todas sus películas (una de las que me faltan es ‘Traffic’, lo se, tengo que verla), y tampoco creo que todas las películas que ha hecho sean buenas (‘Indomable’ era un poco guarrete), pero da igual, se disfrutan igual. Lo bueno es que pisa todos los géneros que les apetece, y lo hace bien. Y como también ha demostrado, por la televisión se mueve  igual de bien. Nunca había oído hablar de Liberace, es así, y no os creáis que la historia me llamaba demasiado la atención, pero entre quien era el director, y sus actores, ya me terminaron de convencer. Además, tenia ganas de ver el regreso al cine de Michael Douglas, que por cierto, ha sido por todo lo alto.

La película gira en torno a la vida del pianista Liberace, conocido por sus extravagancias, y porque también era un gran pianista, claro. No tanto por su condición homosexual, que increíblemente nadie sospechaba. En 1977 apareció en su vida Scott Thorson, un hombre que le enamora por completo. Esta historia nos cuenta los años que mantuvieron de relación, con todos los problemas de una pareja, y con un final un poco agridulce.

Desde que la película empieza, ya te engancha. Y no es por solo una cosa en concreto, sino por toda una amalgama de situaciones y escenas que hacen que sea una gran película. La historia acaba resultando interesante. No deja de ser la historia de una pareja que tiene que superar muchas dificultades, un drama de relaciones, pero que nos cuenta como estas dos personas, a pesar de su diferencia de edad y de su condición social, se enamoran y pasan su tiempo juntos. Una relación que para nada es fácil, y es que el personaje de Liberace no es, que se diga, muy fiel a su pareja. Lo vemos al principio de la película, cuando conoce a Scott, y como desplaza al amante que tiene en ese momento, para después hacer lo mismo después. A Liberace lo que le interesaban de verdad eran los jovencitos, de la condición que fuesen. Eso da que pensar, y es que este señor quería sentirse querido, adorado por otras personas, por otros hombres, jóvenes sobre todo, y sentirse uno mas entre la juventud. Eso de llevar la vejez mal no es raro, muchas personas pasan estas crisis, y este seño la tenia. Su ventaja es que era rico, y con el dinero ya se sabe que se puede hacer lo que sea, y que se pueden comprar a muchas personas en este caso. Es una historia interesante, y muy bien llevada, con un guión muy bien elaborado y dirigido. No será perfecto, ni redondo, pero creo que es muy efectivo.

Otra de las cosas interesantes de esta película es su ambientación. Los años 70 fueron a la moda un poco locura, si me entendéis. Pantalones a campana, cuellos enormes, las melenazas…cosa que ya este año hemos visto en ‘La gran estafa americana’. En esta es igual de buena que en la antes mencionada. Sobre todo en todo lo que respecta a las actuaciones de Liberace y al ostentosidad de su casa (yo no podría vivir en una casa tan ‘adornada’). En relación con las actuaciones de Liberace tiene también que ver el maquillaje y el vestuario. Los trajes de Liberace son extravagantes y muy exagerados, pero eso no quita a que sean muy bonitos, y lucidos muy bien además. Lo que me extraña de todo esto, es que la gente no supiese que Liberace era homosexual, y no solo por su forma de vestir, sino también la manera de expresarse y de ser, aparte de que siempre andaba rodeado de hombres (por todos los medios, sus representantes además intentaban tapar esa condición, aunque a veces Liberace se lo pusiese difícil). El maquille esta también muy currado, sobre todo cuando los protagonistas se hacen la cirugía estética para parecer más jóvenes aun. Rob Lowe en ese sentido esta ridículo, pero a la vez súper gracioso. Aquí también ya empiezan a mostrarnos el afán por la juventud, la belleza, y a todas las cosas que recurren para ello. Solo hay que ver la cara que se le queda a Matt Damon. La negativa de envejecer y de ver esas arruguitas que a todo el mundo tienen que salir. Un punto muy positivo para esto.

Y luego ya quedan las actuaciones. Desde luego no se han cogido actores mas viriles para papeles mas homosexuales, y eso es algo genial, porque al hacerlo tan bien ambos, lo hace aun mas creíble, y demuestra que son dos grandes actores que se atreven con cualquier cosa. El retorno de Michael Douglas no ha podido ser mejor, con un papel que Soderbergh lleva dándole vueltas desde que ambos trabajasen en ‘Traffic’. Y esperando a que Douglas se recuperase del todo. Creo que ha sido una muy buena elección. Al igual que la de Matt Damon. Es un actor que me encanta, y verle en esta tesitura me hace seguir creyendo que es uno de los grandes actores de su generación. Los secundarios también están geniales en sus papeles, sobre todo Rob Lowe.



En definitiva, una muy buena película, bien documentada, con una ambientación fantástica, haciendo un muy buen uso del maquillaje y el vestuario, y con unas actuaciones que son el punto fuerte de todo este tinglado. Una vez más, Steven Soderbergh ha conseguido crear una buena película que sumar a su ya buena filmografia.



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