lunes, 16 de marzo de 2015

Good morning, Vietnam






Título original: Good morning, Vietnam.
Año: 1987
Duración: 121 Minutos.
País: Estados Unidos de América.
Director: Barry Levinson.
Guión: Mitch Markowitz.
Música: Alex North.
Reparto: Robin Williams, Forest Whitaker, Bruno Kirby, Robert Wuhl, Noble Willingham, Tung Than Tran, J.T. Walsh.
Premios:
1987: Nominada al Oscar: Mejor actor (Robin Williams).
1988: BAFTA: Nominada Mejor actor (Robin Williams) y sonido.











En el año 1965, durante la guerra de Vietnam, el cronista griego Adrian Cronauer (Robin Williams) es enviado a la ciudad de Saigón para protagonizar un programa de radio que sirva para alentar a las tropas. A diferencia de sus predecesores, Cronauer es ingenioso y muy divertido con sus comentarios, con lo que se gana el afecto de los soldados.



Una película bastante entretenida sobre la famosa, y conocida por todos, guerra de Vietnam.
Si hay que ser totalmente sinceros, la única razón por la que la reseño tiene un nombre: Robin Williams. No digo que sea una película aburrida pero hay una extensa colección de películas sobre la guerra de Vietnam, ustedes pueden verlo en mis anteriores reseñas. No obstante, el argumento dista mucho de ser una obra maestra y no se entiende como una película sobre un hecho tan anecdótico (y que es común en todas las guerras contemporáneas) pueda llegar a durar dos horas. No se engañen, lo importante y lo atrayente es Robin Williams.




Entre los actores, dejando de lado al magnífico Robin Williams, no destaca ningún genio del cine ni tampoco de la comedia, pero sus actuaciones no son malas. El protagonista, Adrian Cronauer, es un hombre que vive del humor el cual es llamado para realizar un trabajo en la radio que arengue las tropas pero, claro está, su humor “sin censura” no es del agrado de los oficiales.




La guerra de Vietnam fue una guerra, básicamente, entre los estadounidenses y las guerrillas vietnamitas, las cuales estaban armadas y apoyadas por la URSS. El aspecto principal que se ha de destacar es el del cronista que, aunque haga lo normal en una guerra, nunca he hablado de ello y todos conocemos Vietnam. El cronista debe arengar a las tropas mediante comunicados divertidos, que les alejen de los conflictos y les permita pensar en otras cosas diferentes. El humor de estas personas suele estar tan censurado que no tienen ninguna gracia y se acaban convirtiendo en un ruido de fondo que nadie escucha. El caso de la película rompe con ello, el cronista, a pesar de ser censurado, sigue divirtiendo a las tropas. 




La escena que más puede comentarse (con cierto aspecto crítico) es la explosión del bar. El hecho es simple. El vietnamita amigo de Cronauer le saca de allí (no literalmente) justo antes de la explosión, lo cual le salva la vida. La razón de esto es que, como ya he dicho en múltiples ocasiones, Estados Unidos se metió en una guerra ajena y en territorio ajeno. Los vietnamitas veía como los soldados norteamericanos vagaban a sus anchas haciendo lo que les venía en gana y “manchando el honor” de las mujeres. Este hecho fue objetivo de denuncias y también la razón de que esta guerra sea tan criticada.




En síntesis no es una mala película, es graciosa pero, sintiéndolo mucho, Robin Williams no puede salvar (aunque lo intenta) un argumento soso. De hecho si la película durase poco más de una hora (diría incluso menos, pero el cine no puede digerir cosas tan cortas y menos aún las cintas bélicas) sería rescatable, pero no es así. Yo me divertí viéndola, pero no verla no es perderse nada y, si no te gusta el cine de Robin Williams (aparte de merecer ser torturado) ni te acerques; es una de esas películas que solo ves por el plantel.


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