sábado, 15 de noviembre de 2014

Los Boxtrolls (The Boxtrolls)








Título original: The Boxtrolls
Año: 2014
Duración: 97 min.
País: EEUU
Director: Graham Annable, Anthony Stacchi.
Guion: Irena Brignull, Adam Pava (Libro: Alan Snow)
Música: Dario Marianelli
Reparto: Animación.













Cheesebridge es una elegante ciudad de la era posvictorinana, obsesionada por el dinero, la clase y el más delicioso de los quesos apestosos. Debajo de sus encantadoras calles adoquinadas viven los Boxtrolls, unos monstruos que salen de las alcantarillas por la noche para hacerse con los bienes más preciados de los habitantes: sus hijos y sus quesos.





Me encantan las películas animadas en stop-motion y más aún si están hechas con este toque oscuro del que ya hizo gala Tim Burton con su “Pesadilla antes de Navidad” hace tiempo (mi primera película del estilo, y para mí, la mejor película de animación) y continuó con las estupendas “James y el melocotón gigante”, “La novia cadáver” y “Frankenweenie”.
No importa si vienen con el sello Burton o no, el estilo es el que me encantan. Disney está muy bien, no lo niego, pero no hace falta usar todos los colores del arcoíris ni dibujar a todos tan guapos y limpios… por eso, agradezco a LAIKA films sus creaciones, “Coraline”, “El alucinante mundo de Norman” y esta misma, son auténticas maravillas.


El guion es sencillo, sí. Pero lleno de humor y con un toque de rebeldía social, con esa lucha de clases que vemos, en la que los gobernantes (ataviados con sombrero blanco) están más ocupados en debatir sobre quesos durante sus catas de quesos (y gastarse el dinero del pueblo en más queso para ellos) que de ayudar a los ciudadanos. Y ahí es donde aparece en escena el malvado de la cinta, que inventándose historias sobre los boxtrolls, consigue que el alcalde le prometa un sombrero blanco (mayor status social) si logra exterminar a los ‘monstruitos’.
Además, la película habla de los valores de la amistad (algo bastante visto, pero que nunca sobra) y del reciclaje, que nunca suele nombrarse y está bien recordarlo.
Volviendo al humor, destila por todas partes, pero debo remarcar el gag del travestismo (cosa muy poco vista en el cine de animación para críos), una auténtica gracia, digna de los Monty Python, ¿no? A mí me venían a la cabeza (o un toque a “Con faldas y a lo loco”).
El del queso gigante, en vez de construir un hospital (o colegio, ahora no me acuerdo) es brutal también.
Quizás, el único punto negativo (y relativo), podríamos decir que es lo predecible que resulta la cinta. Su guion es bastante lineal y típico, pero no creo yo que sea algo que pese demasiado en el resultado final.



Hablando de los personajes, todos están muy bien definidos. Desde nuestros protagonistas humanos, pasando por los divertidísimos y carismáticos boxtrolls (cada uno con su personalidad propia) y el malvado, quien por cierto está muy gracioso y conseguido (sus secuaces, y sus dudas de si son los malos o los buenos, también son un puntazo).
En definitiva, que es fácil simpatizar con ellos, y es más fácil aun quererles. Los Boxtrolls son autentico amor (yo me los llevaba a casa todos toditos) y la historia de cómo el bebé llegó a ellos y lo cuidaron es muy tierna.
Y en cuanto a los escenarios, todos ellos tan victorianos, son una delicia. Detalles y más detalles por doquier. Un gusto verlos, al igual que los subterráneos donde viven los Boxtrolls y hacen sus inventos, todo un derroche de imaginación.
Y por cierto, yo, que como queso en cualquier ocasión, salí con un mono de comérmelo…



Hablando de los personajes, todos están muy bien definidos. Desde nuestros protagonistas humanos (Eggs, el "niño-Boxtroll", es una gracia), pasando por los divertidísimos y carismáticos boxtrolls (cada uno con su personalidad propia) y el malvado, quien por cierto está muy gracioso y conseguido (sus secuaces, y sus dudas de si son los malos o los buenos, también son un puntazo).
En definitiva, que es fácil simpatizar con ellos, y es más fácil aun quererles. Los Boxtrolls son autentico amor (yo me los llevaba a casa todos toditos) y la historia de cómo el bebé llegó a ellos y lo cuidaron es muy tierna.
Y en cuanto a los escenarios, todos ellos tan victorianos, son una delicia. Detalles y más detalles por doquier. Un gusto verlos, al igual que los subterráneos donde viven los Boxtrolls y hacen sus inventos, todo un derroche de imaginación.
Y por cierto, yo, que como queso en cualquier ocasión, salí con un mono de comérmelo…




La animación es una pasada, muy currada. Realmente, sólo puedo hablar maravillas del apartado técnico de la película. Siempre he pensado que al darle vida con el stop-motion, se crean unas expresiones impresionantes, que hacen que el público se vea más identificado con los personajes. Pero bueno, que es impresionante y hay que felicitar a todo la gente envuelta en el proceso de creación y producción.





Película muy recomendable para niños y adultos, en serio. Yo soy una apasionada de la animación, pero se diferenciar las cintas en la que los padres pueden sufrir y en las que no. Y esta es una delicia para todos. Mezcla ternura con su punto cínico y su humor, unos personajes carismáticos y una historia muy divertida. Y por supuesto, con ese toque oscuro que tanto me gusta. ¡No os la perdáis!
¡Ah! Y no olvidéis quedaros tras los créditos, la ‘broma’ que se hace sobre lo que cuesta animar a los personajes stop-motion es muy divertida.


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