martes, 25 de junio de 2013

Zombie Strippers







Título original: Zombie Strippers
Año: 2008
Duración: 94 min.
País: EEUU
Director: Jay Lee
Guion: Jay Lee
Música: Billy White Acre
Reparto: Robert Englund, Jenna Jameson, Roxy Saint, Shamron Moore, Joey Medina, Penny Drake, Jennifer Holland, Jeannette Sousa, Whitney Anderson, Raven Lexy, Jen Alex, Laura Sabbia, Jessica Custodio, Johnny Hawkes, Brad Milne.









Un virus, encargado secretamente por el gobierno, escapa y acaba infectando a unas bailarinas de un club de striptease. Convirtiéndolas en seres hambrientos de carne humana, pero mejorando sus capacidades de baile hasta límites increíbles.





Con ese título y después de leer la sinopsis, dudo que alguien piense que está película sea buena. Pues bien, es que no lo es, es nefasta. Si tuviese que destacar algo, pues… el maquillaje zombi es bueno, pero hoy en día, casi cualquier película con muertos vivientes tiene maquillajes decentes y creíbles. Y bueno, algún diálogo cachondo también se salva, lo admito.
El caso es que las actuaciones son nefastas, salvamos a Robert Englund, haciendo su habitual papel de pirado psicópata. Pero es que encima sale poquito, como podréis imaginar, y no es que sea gran cosa tampoco. El resto de “actores” y “actrices” son de pena, penita, pena. Y mirad que sólo se les exigía bailar en la barra americana y hablar un poco.


Esta muchacha rubia pierde la camiseta a la mínima...

Si nos adentramos en el argumento, la verdad es que cuestiones debes hacerte pocas, porque sentido, lo que se dice sentido, mucho no tiene. La cosa empieza con un grupo de militares (con cara de actrices porno ellas, había una rubia de bote que siempre perdía la camiseta, no sé cómo…) adentrándose en una especie de hospital (o centro de investigación, vete a saber) que ha sido infectado por un virus zombi, pero la cosa acaba con uno de los militares mordido y en un club de striptease. Que te preguntas, ¿cómo ha llegado hasta allí? ¿Pero aquel hospital no parecía estar en mitad de un desierto? Nah, que más dará… el caso es que infecta a una de las strippers que se convierte en zombi.



Pero antes de esto, hemos visto la rivalidad de cada una de estas ‘elementas’ y su ‘personalidad’ (pues veamos, la típica guarrona rubia ‘superstar’, la gótica, la morenaza envidiosa, guarrona también, la rubia modosita… y una chica nueva, virginal y católica que quiere conseguir dinero para ayudar a su abuelita enferma y piensa que lo mejor para ellos es ser stripper) y claro, algún que otro bailecito.
Total, que estas muchachas, al revés que el resto de zombis que habíamos visto en el hospital, se convierten en zombis listos, que además bailan de puta madre y ganan más dinero que nunca. Pero claro, ellas prefieren devorar clientes a su dinero, pero nimiedades, que a Robert Englund (del nombre de su personaje, ni me acuerdo) y a su ayudante rusa, antigua stripper, les importa poco porque sólo quieren ganar dinero.
Los clientes se ponen muy cachondos con la zombi stripper y ya no quieren a las demás, así que estas, celosas, quieren que las conviertan a ellas también en muertos vivientes que bailen de lujo y les hagan caso.
Y poca cosa más, escenas gore light cuando las strippers se comen a los clientes (y estos se convierten en zombis estúpidos) y pelea final entre la rubia y la morena, que se llevaban fatal. Lo que si me gustó es como ellas van degenerando conforme pasa el tiempo, cada vez más pútridas.



Por lo demás, la película es muy decentilla ella. Más allá de tetas de silicona no vais a ver nada, os aviso. Sí, hay bailes en barra americana, pero nada del otro mundo. Casi todos con braguitas y hasta sujetador.
El gore, bueno, hay alguna escenita, como el arrancamiento de pene de un bocado o desencajamiento máximo de mandíbula, pero nunca viéndose demasiado (en especial en el primero).




Es que en la peli le dan asco las strippers y sus posibles
enfermedades venéreas...



Película para ver en un día aburrido, de esos que no sabes que hacer. Yo en estos días enferma he tenido muchos así, y bueno, te entretienes viendo lo mala que es y hasta te ríes. Total, ¿qué otra cosa vas a hacer? Porque ganas de ver algo más sesudo no hay, así que, guardadla para momentos tontos, si es que os llama ver estas cosas, claro. Y sí, siempre hay cosas peores que esto… creedme.
¡Ah! y está doblada al castellano, increíble pero cierto.



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