Titulo original: Toy Story 4
Año: 2019
Duración: 100 minutos
País: Estados Unidos
Director: Josh Cooley
Guion: Andrew Stanton, Stephany Folsom
Música: Randy Newman
Reparto: Animación
Woody siempre ha tenido claro cuál es su labor en el
mundo y su prioridad: cuidar a su dueño, ya sea Andy o Bonnie. Pero cuando
Bonnie añade a Forky, un nuevo juguete de fabricación propia, a su habitación,
arranca una nueva aventura que servirá para que los viejos y nuevos amigos le
enseñen a Woody lo grande que puede ser el mundo para un juguete.
Cuando salto la noticia de que iban a hacer una cuarta
parte de ‘Toy Story’, torcí un poco el gesto. No porque pensase que la cosa iba
a ser un desastre total, sino porque no entendía muy bien el porque de esta
nueva aventura de la saga, sobre todo teniendo en cuenta que la tercera
película cerraba muy bien el circulo y la historia que nos había acompañado a
lo largo de quince años. Y la cosa no mejoró cuando, al ver el tráiler, no me
llamó para nada la atención, y so no me gusto nada. Aun así, me pudo el saber
y, sobre todo, el volver a vivir esa infancia maravillosa que me trajeron las
cintas (bueno, las dos primeras más bien). No me ha decepcionado en absoluto,
pero si es cierto que le veo algunos contras.
Como en lógico, la historia en este caso se centra en
Bonnie (Andy quedó fuera de juego en la tercera película), y en el desarrollo
de su infancia junto a estos nuevos juguetes, y lo que es mas importante: el
primer año de cole. Este es uno de los temas de la historia, aunque no el
principal, que son los cambios; cambios importantes en la vida de los peques,
que nosotros como adultos, muchas veces, no tenemos apenas en cuenta, o quizás
no le damos la importancia que merecen, siempre diciendo eso de ‘pero bueno, si
solo es ir al cole’. ¿No nos pasa lo mismo a nosotros el primer día de un nuevo
trabajo? Pues imaginad que para ellos es aun peor, porque no conocen el mundo
como nosotros (aquí hablo como Educadora Infantil, y se nota). Este tema está
muy bien plasmado en la cinta
Pero el tema por excelencia en esta ocasión es el de
saber cual es nuestro lugar en el mundo. Esto es algo que todos nos preguntamos
alguna vez en la vida, y que muchas veces nos negamos a nosotros mismos, ya no
solo por el hecho de que no tenemos ni idea de donde encajamos, sino porque
tendemos a estar mas pendientes de los demás que de nosotros mismos, en exceso
la mayoría de las veces. En este caso lo vemos en el viaje de Woody, que es el
verdadero protagonista en esta ocasión, en su visión de la vida, de lo que debe
o no debe de hacer, en su preocupación personal y en el valor de la amistad que
este pequeñajo tiene. Es el viaje más intimo de Woody, y eso lo deja claro
desde el comienzo.
Como viene siendo habitual en las cintas de Pixar, las
tramas e historias que nos cuentan son, casi por definición, mensajes para los
adultos, es algo que esta productora suele tener por bandera, y es un punto a
su favor. Sus películas son perfectas para niños, si, pero creo, de corazón,
que están mas orientadas a nosotros, a hacernos pensar en muchas cosas que, de
por si, no nos pasarían por la cabeza o que damos por hecho. Son cosas que los
niños no entenderán, pero que nosotros si sabremos apreciar.
La animación sigue siendo una maravilla, es más, creo que
es la mejor de todas, se nota el detallismo y el amor que le han puesto en cada
escena, y la evolución que hay en ella es brutal. En ocasiones parece una
película de acción real, incluso los juguetes, que parece que en cualquier
momento se van a salir de la pantalla y sentarse contigo en la butaca. Tiene de
todo: diversión, aventura, sus momentos dramáticos y porque no decirlo, los
terroríficos: los muñecos de ventrílocuo me dan muy mal rollo y de verdad que
lo he pasado mal con ellos (¡como los odio!)
Lo que está claro es que esta cuarta entrega es mucho mas
profunda que las anteriores, y mirad que la tercera ya lo era, sobre todo por
el tema a tratar (la perdida), pero con esta ahondan un poco más, y lo hacen de
manera sutil y con tacto, sin llegar a caer en el melodrama barato, que hubiese
sido un error garrafal.
¿Cuáles son entonces esos contras? Pues tiene un par de
ellos que no podemos dejar pasar. Lo primero es la redundancia de la historia,
que no deja de ser la misma en todas ellas: juguetes perdidos, rescates, y
vuelta a empezar. Es cierto que lo hacen por diferentes medios, y con distintos
puntos de vista, pero la sensación de estar viendo lo mismo una y otra vez está
ahí. Y la segunda es que, aunque en su mayor parte, esta nueva entrega esta al
nivel de las anteriores, creo que no llega a ser igual de buena que aquellas;
puede que ese ‘no sé qué, que que se yo’ que tenían las otras, esta lo haya
perdido. Aun así, son cosas tan leves que no le hacen ningún daño al conjunto
de la película.
Es una película muy conseguida, no desmerece para nada lo
que hemos visto hasta ahora, y se complementan a la perfección las cuatro,
creando una tetralogía muy interesante y que, probablemente, sea una de mis
favoritas de animación. Ahora bien, el sentimiento de saber que s esta cinta no
se hubiese hecho, no hubiese cambiado nada en absoluto, también está ahí, y no
lo puedo negar. Aun así, doy gracias por ella, y por hacerme de nuevo soñar con
estos muñecos que despiertan cuando no estamos.
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