Título Original: In the Mouth of Madness
Año: 1995
Duración: 95 min
País: Estados
Unidos
Director: John
Carpenter
Guión: Michael De
Luca
Música: John Carpenter, Jim Lang, Dave Davies
Reparto: Sam Neill, Julie Carmen, Jürgen Prochnow,
Charlton Heston, David Warner, John Glover, Frances Bay, Wilhelm von Homburg,
Kevin Rushton, Katherine Ashby, Marvin Scott, Hayden Christensen, Kevin Zegers
Hoy en el blog tenemos una buena noticia, y es que ya tenemos un nuevo colaborador, Kuroko NIN, que nos trae esta reseña de hoy, de la película "En la boca del miedo".
¡Muchas gracias por participar con nosotras Kuroko, esperamos más reseñas tuyas! ;)
¿Y vosotros? ¿Habéis visto esta película? ¿Os apuntáis?
El éxito de
Sutter Cane, un famoso escritor de novelas de terror, no tiene parangón. Pero,
inesperadamente, poco antes de entregar a su editor su última novela,
desaparece sin dejar rastro. Al mismo tiempo, algunos de sus fans se están
volviéndo inexplicablemente violentos. Para encontrar a Cane, el editor
contrata al detective John, que está convencido de que todo es un montaje
publicitario para promocionar el próximo libro del novelista; sin embargo, no
tardará en descubrir que está completamente equivocado.
Desde el punto de vista cinematográfico, es un hecho
constatado que plasmar el terrorífico universo de dioses tentaculares, ciencia,
ocultismo y locura creado por el escritor H.P Lovecraft es una tarea compleja,
a juzgar por el número de adaptaciones fílmicas fallidas que se han realizado
con el telón de fondo de la base literaria elaborada por “el solitario de
Providence”. Sin embargo, en 1995, el talento creativo de Carpenter y su
comprensión de la mitología lovecraftiana nos legó una magnífica destilación de
ciertas claves, ideas y el sentimiento transmitidos por las obras de Lovecraft
en forma de película. “En la boca del miedo” no es una nueva adaptación de los
relatos, sino que utiliza lo que le interesa de Lovecraft para insuflar la
genuina y fatídica atmósfera de terror y locura que se percibe en el filme: en
especial, predomina la idea de que el mundo, la civilización que conocemos
camina hacia la destrucción, una destrucción orquestada por oscuras y
monstruosas potestades que acechan en otras dimensiones paralelas a la nuestra.
Y claro está, aquellos que intuyen lo que está pasando caen en el abismo de la
locura, son destruidos o bien poseídos por las fuerzas malignas que operan en
las tinieblas.
La historia planteada sigue los pasos de John Trent (Sam
Neill), un investigador que trabaja por cuenta de in crescendo gracias
también a la interesante forma de narrar los hechos, con frecuentes flashbacks que
entroncan a la perfección con el enrarecido ambiente que impregna todo el
filme.
una compañía de seguros para
descubrir posibles fraudes cometidos por los clientes de la compañía. El nuevo
caso que ocupa a Trent es el que concierne al famoso escritor de terror Sutter
Cane (a la sazón un guiño no disimulado a escritores como Stephen King),
desaparecido en extrañas circunstancias mientras elaboraba la obra cumbre de su
carrera. Naturalmente, el escéptico investigador cree que todo se trata de una
estrategia comercial del autor y la editorial Arkane para impulsar las futuras
ventas de la nueva novela de Cane. Con la ayuda de Linda Styles (Julie Carmen),
editora de Sutter Cane, Trent se lanza a la búsqueda del escritor desplazándose
hasta el último paradero conocido del desaparecido, el remoto y extraño pueblo
de Hobb´s End. Huelga decir que los acontecimientos que se van sucediendo (poco
a poco al principio, tal y como las gotas de agua preludian la tormenta y mucho
más rápido después) desatan una brutal sensación de paranoia en los protagonistas,
hasta el punto de que realidad y ficción se funden en agónica tragedia para
nuestros héroes. El “malrollismo” va
En esta película de John Carpenter, como suele ser habitual
en él pero no obligatoriamente en toda su obra, no hay concesiones a los
finales felices o la esperanza: algo que también formaba parte de las historias
de Lovecraft. Aquí, queridos todos/as, no está a salvo a nadie y todo el mundo
paga de alguna forma su deuda con un destino que se asemeja a un remolino que
no pueden controlar. En otro orden de cosas, hay que destacar que la modestia
del presupuesto, de los recursos empleados por el cineasta, sin embargo, no
lastra el resultado final de la obra, totalmente recomendable para los que
buscan una historia de terror distinta, alejada de los manierismos del género.
Aunque es una película que tiene casi 20 años, hay que admitir que ha
envejecido muy dignamente por mucho que sus efectos especiales parezcan
desfasados. El diseño de las criaturas, sin embargo, a mi me parece muy bueno:
prefiero los animatronics (apenas
vislumbrados entre sombras) de “En la boca del miedo” antes que
los personajes digitales de la mucho más reciente “La Sombra Prohibida”,
también de temática lovecraftiana. Y lo que es más importante, en esta película
los seres más terribles no tienen que hacer gala de sus poderes ni comerse a
nadie para liarla pardísima entre bastidores, su fuerza y su presencia se
intuye en la cadena de acontecimientos de la historia.
La crítica al poder y al consumismo también tienen cabida en
el largometraje. La paliza propinada por un demoníaco policía a un mendigo es
uno de los guiños con los que Carpenter adereza su creación, por no mencionar
que el cuartel general del enloquecido Sutter Cane en Hobb´s End es una tétrica
iglesia (escenario típico del género que en manos del director cobra un nuevo
significado) protegida por dóbermans. Los fanáticos lectores del escritor
también son representados como seres maléficos obsesionados por la obra de
Cane. La institución del manicomio también tiene connotaciones bastante
pesimistas al mostrarnos al protagonista, un aparentemente enloquecido John
Trent, como el único paciente recluido en las instalaciones que nosotros, como
espectadores omniscientes, sabemos que es el último individuo cuerdo en
determinado momento de la narración.
llevo años buscando el nombre de esa película que vi de niña, muchas gracias
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