Año: 2015
Duración: 102
minutos
País: España
Director: Nacho
G. Velilla
Guión: Antonio
Sánchez, David S. Olivas, Oriol Capel, Nacho G. Velilla
Música: Juanjo
Javierre
Reparto: Yon
Gonzalez, Julian Lopez Blanca Suarez, Miki Esparbé, José Sacristán, Úrsula
Corberó, Malena Alterio, Javier Camara, Carmen Machi, Younes Bachir, Arturo
Valls
Hugo y Braulio, dos jóvenes con formación universitaria, hartos de no encontrar ni trabajo ni futuro en España, deciden emigrar a Alemania siguiendo los cantos de sirena de un programa de televisión tipo "Españoles por el mundo". Pero pronto descubrirán que sobrar en un sitio no significa ser necesario en otro y que perseguir el sueño alemán puede tener mucho de pesadilla.
Quien me iba a decir a mí, hace unos años, que me iba a
aficionar tanto al cine español, incluyendo las comedias, que anda que no soy
yo especial para éstas. Y es que no era yo muy de este cine, y no porque no me
gustase, y fuese por ahí criticando como mucha gente que ni siquiera se ha
dignado a verlo, sino porque no me llamaba la atención; yo era sobre todo del
cine americano, y sacarme de allí era muy complicado. Pero las cosas cambian,
las mentalidades evolucionan, y amar el cine es ver todo lo que te echen
encima, sea de donde sea, porque la calidad esta en cualquier cine, de
cualquier nacionalidad, de cualquier genero. No vamos a negar que el cine
español vive ahora uno de sus mejores momentos, ya no solo por taquilla cada
fin de semana, sino por el cine de calidad que se hace y que exportamos al
exterior. La comedía siempre va a ser el terreno en el que mejor se muevan
nuestros directores, pero como ya sabéis, cada vez se hace cine de muchos más géneros.
Pero volviendo a la comedia, después del exitazo que supuso ‘Ocho apellidos vascos’,
tirar por la misma senda no podía ser el camino equivocado. Y desde luego así
ha sido, aunque con algún que otro pero.
Hugo y Braulio son dos amigos que, a pesar de sus carreras y
masters, no consiguen hacerse un hueco en el panorama de empleo de nuestro
país. Después de ver un anuncio en televisión, deciden hacer lo que todos los
jóvenes en la misma situación: emigrar al extranjero. Su destino: Alemania.
Pero la vida idílica que pensaban tener no es sino una replica de lo que
estaban viviendo en su país.
Lo malo de querer copiar algún
éxito que hemos tenido en nuestro cine es que lo hacen sin mirar mucho que
fue lo que en aquella otra película funcionó tan bien. ‘Ocho apellidos vascos’ no es la mejor película que te podías echar a la espalda, pero siendo totalmente sinceros, era una película que, sin aspirar a muchos sin hacer casi ruido, y con un guión muy interesante, conseguía que no pudiésemos parar de reír en todo momento. ‘Perdiendo el norte’ lo intenta, incluso toma prestado el esquema de la cinta, que en esta ocasión es el choque entre nacionalidades, pero no consigue lo que la otra si logró: ir más de allá de los tópicos establecidos y no quedarse simplemente en una comedia romántica sin más. Porque es lo que es ‘Perdiendo el norte’: una comedia romántica, de las de toda la vida, de esas de amores imposibles que, después de un largo camino, consiguen llegar a buen puerto, y nos demuestran lo fácil que es todo (mentira, no lo es). Que si, que también hay un poco de critica social a nuestro estado actual (ahora hablaré de ello), y un poco de mala uva, pero no nos convence de igual manera. Pero oye, que después de todo lo que he dicho, que puede parecer negativo, no es tampoco tan malo.
fue lo que en aquella otra película funcionó tan bien. ‘Ocho apellidos vascos’ no es la mejor película que te podías echar a la espalda, pero siendo totalmente sinceros, era una película que, sin aspirar a muchos sin hacer casi ruido, y con un guión muy interesante, conseguía que no pudiésemos parar de reír en todo momento. ‘Perdiendo el norte’ lo intenta, incluso toma prestado el esquema de la cinta, que en esta ocasión es el choque entre nacionalidades, pero no consigue lo que la otra si logró: ir más de allá de los tópicos establecidos y no quedarse simplemente en una comedia romántica sin más. Porque es lo que es ‘Perdiendo el norte’: una comedia romántica, de las de toda la vida, de esas de amores imposibles que, después de un largo camino, consiguen llegar a buen puerto, y nos demuestran lo fácil que es todo (mentira, no lo es). Que si, que también hay un poco de critica social a nuestro estado actual (ahora hablaré de ello), y un poco de mala uva, pero no nos convence de igual manera. Pero oye, que después de todo lo que he dicho, que puede parecer negativo, no es tampoco tan malo.
Uno de los puntos fuertes de la película
en su reparto. Julián López se ha ido abriendo camino en la comedia de nuestro país,
convirtiéndose en todo un robaplanos, siendo así incluso mejor cuando él está
en escena qndo.ue los propios protagonistas de la película. Con su gracia y su
desparpajo se ha ganado el aprecio de todos los españoles, y siempre es un
placer verle actuar. Yon Gonzalez y Blanca Suárez hacen bien su papel, aunque
no deje de ser el típico en este tipo de películas. Carmen Machi y Javier Cámara
son dos genios de nuestro cine, así que poco más se puede decir de ellos.
Ahora, la sorpresa en mi caso ha sido Miki Esparbé, un chico al que no conocía
y sin duda es el alma de una película que, en ocasiones, baja su ritmo: es
divertido, y sus puntazos son muy buenos, algo con lo que reírnos, sin duda.
A pesar de ser poco más que una
comedia romántica, de esa en la que dos que no tienen nada en común, acaban enamorándose,
tiene su aquel, y es que, detrás de tanto tópico en cuanto a España y a lo entupidos
que parecemos para el resto de Europa, tiene un poco de crítica social, no
arriesgada, pero si se deja notar. Es obvio para todos, cada día lo vemos, ya
no solo por la televisión, sino en nuestras propias carnes: el país se va a la
mierda, cada día más, porque esta dirigido por una panda de imbéciles que no hace
sino empeorarlo todo. Y los jóvenes, aquellos que nos llamamos ‘La generación
perdida’ vemos como todos nuestros años de estudio y esfuerzo no sirven para
nada, ya que no conseguimos trabajar en lo nuestro; y eso si es que tenemos la
suerte de tener trabajo. La película se basa en eso, en la obligación que
tienen nuestros personajes de emigrar a Alemania a buscar un trabajo digno,
para luego darse de bruces con la realidad: muchos de los que se van fuera a
buscar trabajo acaban en puestos que, de tener mucha suerte, conseguirían en
España (y lo digo yo, que trabajo de cajera…). Nos dejamos guiar por lo que nos
dicen, o por la suerte que tienen algunos y quien sabe si no acabamos
trabajando en un falafel como nuestros protagonistas. Es lo que nos toca vivir,
y reírse de ello viéndolo en una película como esta, es un pequeño alivio.
Una película entretenida, que a
pesar de no llegar a ser lo que fue ‘Ocho apellidos vascos’, no deja de ser una
película divertida y bastante realista, aunque todo ello se sustente en un lío
de faldas con quizás no demasiado gancho. Te hará reír, y eso viene bien de vez
en cuando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario