Año: 2014
Duración: 97
minutos
País: Estados
Unidos
Director: Shawn Levy
Guión: Robert Ben Garant, David Guion, Michael
Handelman, Thomas Lennon
Música: Alan Silvestri
Reparto: Ben Stiller, Robin Williams, Ricky
Gervais, Skyler Gisondo, Patrick Gallagher, Anjali Jay, Matthew Harrison, James
Neate, Owen Wilson, Steve Coogan, Rebel Wilson, Ben Kingsley, Rami Malek, Mizuo
Peck, Dick Van Dyke, Mickey Rooney
En esta tercera entrega de 'Noche en el museo', el guarda del museo Larry Daley, interpretado de nuevo por Ben Stiller, emprenderá una aventura épica para evitar que la magia desaparezca para siempre.
Es curioso como hay
películas que nos encantan aun sabiendo que no son buenas o al menos no obras
de arte, simplemente pasables. O son malas, así sin más. Es cierto, y lo sabéis
(lo que da de si esta frase, por cierto). El caso es que nos marcan, por lo que
sea, y a pesar de que la gente nos dice ‘pero bueno, si es horrible’, no
podemos dejar de verlas. Me pasa con varias películas, entre ellas ‘National
Treasure’. Se que no es una obra de arte, que Nicolas Cage esta tan
sobreactuado como siempre, y la historia quizás no sea la mas original, pero es
que a mi esas cintas de aventuras, búsqueda de pistas y todo lo que va en
relación con eso, me encanta, y me da igual exactamente si es mala o buena (también
me gusta la trilogía de ‘El Bibliotecario’, disfruto con ellas mucho). Es por
eso que me encanta ‘Noche en el museo’. Si que tengo que admitir que la segunda
fue algo más floja que la primera, pero eso no quita que la disfrute de igual
manera. Y me ha pasado lo mismo con esta parte. También admito que me ha dado
pena que ya se acabe, pero supongo que es hora de cerrar el circulo más películas
sería rizar el rizo.
El guarda
nocturno del museo Larry Daley tiene el trabajo de su vida, y cada noche lo
demuestra a todo el mundo: un gran espectáculo da comienzo y todos pueden verlo
(algo engañados, por supuesto). El caso es que la noche del estreno todo sale
mal, y se debe a que la tabla mágica que hace que todo cobre vida esta quedándose
sin su magia. Larry, junto con varios de los inquilinos del museo, hacen un
viaje a Londres para descubrir que esta pasando.
Cuando veo estas películas
es como si volviese a la infancia. Pasa lo mismo que cuando ves alguna de las
cintas de Disney: sabes que, por muy mayor que puedas hacerte, siempre vas a
disfrutar de esas cintas. Con ‘Noche en el museo’ me pasa lo mismo: la
imaginación echa a volar y no puedes evitar pensar lo divertido que sería que
un museo cobrase vida por la noche; y es que, para muchos niños/adolescentes de
hoy en día, que solo piensan en videojuegos, beber hasta emborracharse (con
14-15 años, es increíble), un museo es algo aburrido. Es por eso que la idea de
la que parten estas cintas es muy original y atrayente para los pequeños. Y
divertida, porque es que todos los personajes son maravillosos. Otro de los
puntos fuertes de esta trilogía es que es educativo e instructivo, porque
enseña un poco de historia a todos los que vemos las películas (y no solo a los
niños, claro) y verlos en esas situaciones tan cómicas, pues siempre es un
placer, ¿verdad?
Pero ahora vamos
a lo que nos toca, y es esta película. En la segunda parte, la formula ya parecía
que se agotaba, y es que, aunque se cambiase de un museo a otro, todo se
quedaba en casa. En esta ocasión la acción se traslada a Londres, y aunque
parezca una tontería, es como un pequeño soplo de aire fresco a una película
que repite la misma estructura que tienen las dos anteriores, y la verdad es
que eso no molesta para nada en esta ocasión, creo que le hace un favor, y es
que si ya nos funciono antes, porque no lo va a hacer ahora. Es cine de
aventuras, sin pretensiones, con el único objetivo de divertir a todo aquel que
quiera verla, ya sean mayores o niños. Es pura fantasía, magia. Chris Columbus
tiene mucho que ver en todo esto, y es que es un verdadero experto en este tipo
de aventuras, ya sea en funciones de director, productor o guionista; no
importa, cuando su nombre esta presente en una película, algo mágico nos
espera. Él, junto con Shawn Levy, han conseguido que queramos a todos y cada
uno de los personajes que aparecen en la cinta, desde el más grande a los más
pequeños; todos ellos dotados de una personalidad propia y especial que siempre
quedarán en nuestra memoria.
¿Qué si tiene
puntos negativos? Pues claro que los tendrá, y es que aunque yo la este
poniendo por las nubes, como ya he dicho antes, en el fondo sabemos que no es
gran cosa, no es ni original ni novedosa, pero, ¿y que más da? Hay veces que
estamos hartos de este tipo de cine gafapasta que solo busca el hacernos pensar
mas de la cuenta, en ir de listos por la vida y de dejarnos con el culo al
aire; a veces lo que nos interesa ver es a un grupo de muñecos que cobran vida
por las noches gracias a una tabla mágica, y que están viendo como esa magia se
desvanece; todos hacen juntos un viaje a Londres para conocer a los padres del príncipe
egipcio y descubrir como pueden pararlo todo. Se ha creado una profunda amistad
entre los habitantes del museo y nuestro protagonista, una amistad que más quisiéramos
algunos tener. Nos enseña que la amistad es una de las cosas más importantes
que tenemos en la vida, y que por los verdaderos amigos se puede hacer casi
cualquier cosa.
En definitiva, el
mejor final que haya podido tener esta trilogía que, sin grandes excesos y sin
demasiado uso del CGI (que por otra parte, esta tan de moda ahora, con lo fantásticos
que son los efectos especiales de los ochenta), que nos hará pasar un rato muy
agradable disfrutando de una buena película de aventuras que poco tiene que
envidiarle a ‘Los Goonies’ y películas de este estilo. Cabe también mencionar los créditos finales con ese pequeño homenaje a Mickey Rooney y Robin Williams.
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