sábado, 14 de octubre de 2017

Limpiando el disco duro (13)




Hoy volvemos con esta sección, donde voy indagando en los misterios de mi disco duro y viendo lo que ahí voy acumulando XD
Para la semana que viene ya habrá reseña reciente, pero... ¿Queréis ver hoy que os parece lo que vi?





Humanoides del abismo
(Humanoids from the Deep)



EEUU, 1980; Duración: 80 min., Director: Barbara Peters, Jimmy T. Murakami, Guion: William Martin (AKA Frederick James), Frank Arnold, Martin B. Cohen, Música: James Horner, Reparto: Doug McClure, Ann Turkel, Vic Morrow, Cindy Weintraub, Anthony Pena, Denise Galik, Lynn Theel, Meegan King, Breck Costin, David Strassman, Greg Davis.
Género: terror, ciencia-ficción.

Sinopsis: Varios sucesos extraños se suceden en una pequeña y tranquila localidad pesquera. Primero, un barco de pesca explota provocando la muerte de sus tripulantes. Los perros del puerto aparecen descuartizados, excepto el del indio Hank. Los pescadores creen que él ha sido el autor de la matanza, y hacen lo propio con el perro del nativo. Pero cuando varios bañistas son asesinados, y algunas chicas violadas, algunos empiezan a comprender que detrás de todo lo que ocurre hay algo más.

Te voy a dar todo mi 'amor', guapa.


Lo mejor: pura diversión casposa de guion loco como el solo. Os cuento la historia de la creación de los humanoides. Veréis, estaban unos amables científicos jugando a ser Dios con salmones, querían que creciesen más rápido para acelerar todo el proceso y comérselos antes. Para ello, usaron DNA5, la cosa funcionó muy bien, pero van un día y se escapan de la piscifactoría. No hubo manera de atraparlos y unos inocentes celacantos (peces que viven muy, muy profundos en el mar, y que en 1987 fue posible fotografiarlos en su medio natural gracias a un sumergible. ¡Ah! Y su habita natural está rodeando toda África. ¿Qué hacían allí, en ese pueblo de mala muerte americano? Quien sabe… vacaciones quizás) que pasaban nadando tranquilamente por el lago del pueblo, vieron unos salmones tan hermosos que se los tuvieron que comer. Claro, el DNA5 de los salmones les hizo evolucionar a saco, todo lo que no han evolucionado en su existencia, y se convirtieron en humanoides. Estos humanoides (muy parecidos al monstruo del pantano) atacan a las personas porque las consideran sus rivales y necesitan aparearse con las humanas para mejorar el desarrollo de su evolución (rollo alien, es más, las mujeres fecundadas por los humanoides ‘paren’ así, con explosión de útero). Y todo esto te lo explica un personaje denominado por sí misma como ‘científica profesional’. Así que amén a lo que dice la señorita.
Lo dicho, una ida de olla que copia homenajea a otras (“Tiburón”, “Alien”, “La cosa del pantano”) y que da como resultado un producto muy disfrutable. Me lo pasé genial. ¡Si es que el cine de Corman es amor! Ni un momento muerto en su guion, todo pura diversión.
Y oye, que a pesar de los cuatro dólares con los que se rodaría la película, el diseño de los monstruos y sus disfraces está bastante bien. Y hay algún que otro efecto sangriento currado también. Sumémosle unas buenas interpretaciones (para el nivel en el que estamos) y una BSO bastante interesante. Todo esto le da al conjunto un aire cuidado y que no la lleva a lo cutre.

Lo peor: mil cosas, pero ¿a quién le importan? Ni que pretendiese ir a los Oscar… es pura Serie B.

Conclusiones: una de esas grandes joyas de la Serie B que mi disco duro oculta. Me lo he pasado de muerte con ella. Esa mezcla de sangre, surrealismo, tetas y locura nunca falla. Divertidísima, si sois fans del género no os la podéis perder.





Clownhouse. Payasos mortales
(Clownhouse)



EEUU, 1989; Duración: 81 min., Director: Victor Salva, Guion: Victor Salva, Música: Michael Becker, Thomas Richardson, Reparto: Nathan Forrest Winters, Brian McHugh, Sam Rockwell, Michael Jerome West, Byron Weible, David C. Reinecker, Timothy Enos, Frank Diamanti.
Premios:
1989: Festival de Sundance: Nominada al Gran Premio del Jurado.
Género: terror.

Sinopsis: Tres hermanos pasarán solos la noche en casa. Lo que no saben es que tres asesinos psicópatas han escapado del manicomio y se dirigen disfrazados de temibles payasos hacia el hogar... Uno de los hermanos es muy miedoso a los payasos y su pesadilla se hará realidad.



Lo mejor: su aire ochentero y esos payasos psicópatas. Es una producción de bajo presupuesto, pero sabe utilizar muy bien sus medios y crear un producto que está bastante bien. Juego estupendamente con las sombras y en generar terror con ellas, al intuir a los payasos en segundos planos.
Cuando los payasos invaden la casa y los niños tienen que luchar para salir con vida de allí es cuando mejor está.
Por cierto, uno de los niños es un jovencísimo Sam Rockwell, que empezaba su carrera en el cine.

Lo peor: no es de terror, es más bien de suspense a lo ‘home invasion’. No hay sangre y los asesinatos no se ven. Es un poco, podríamos decir, la versión terrorífica de “Solo en casa”, pero esta vez con psicópatas disfrazados de payasos que se cuelan en la casa.
Un guion flojo, diálogos igual de flojos, y un tanto aburrida en algunos momentos.

Conclusiones: mirad que me gustan los payasos, y esta película lleva años (pero muchos) en mi disco duro. Es más, su calidad era más bien de un VHS-rip… pero nunca terminaba de ponerme con ella por la trágica historia que tiene detrás. Su director, Victor Salva, fue acusado de violar a uno de los niños de la película (Nathan Forrest Winters, de 12 años de edad por aquel entonces). Cumplió condena por ello, pero salió de la cárcel y siguió trabajando como director de cine (le conoceréis por ser el creador de la saga “Jeepers Creepers”). El pobre Nathan nunca volvió a trabajar en el cine. Cuando lo sabes, es difícil centrarte en la historia y solo puedes ver el exceso de planos a niños en calzoncillos y recordar la historia real (mucho más terrorífica), la película no tiene la culpa, pero…





Yo soy la justicia
(Death Wish 2)



EEUU, 1981; Duración: 95 min., Director: Michael Winner, Guion: David Engelbach, Música: Jimmy Page, Reparto: Charles Bronson, Jill Ireland, Vincent Gardenia, J.D. Cannon, Anthony Franciosa, Ben Frank, Robin Sherwood, Silvana Gallardo, Robert F. Lyons, Michael Prince, Drew Snyder, Paul Lambert, Thomas F. Duffy, Kevyn Major Howard, Stuart K. Robinson, Laurence Fishburne.
Premios:
1982: Nominada a los Premios Razzie: Peor banda sonora.
Género: acción, venganza, secuela.

Sinopsis: Después de varios años, el arquitecto Paul Kersey ha conseguido superar el asesinato de su mujer y lleva una vida tranquila en Los Ángeles. Pero, cuando su hija, ingresada en un sanatorio desde que fuera violada, también es raptada y asesinada, decide tomarse la justicia por su mano.



Lo mejor: Charles Bronson tomándose la justicia por su mano (porque la policía es gilipollas hasta niveles imposibles). Vengándose de la violación y muerte de su chacha y de su hija.
Pero incluso con todos los fallos que diré en el siguiente apartado, la película es jodidamente entretenida. La ves de un tirón, sin aburrirte, y con ganas de que el bueno de Bronson perpetre su venganza.

Lo peor: Dios, ¡qué BSO!… aún tengo pesadillas auditivas. No le di al mute porque entonces no oía los diálogos (aunque tampoco había mucho que perderse). La gente que es más sensible a la música y se fija más en ella, acabará con algún grado de psicopatía fijo.
Eso nos lleva al tema 2, ¡que diálogos!, yo no me creo ni que los haya escrito un mono, ellos tienen más sensibilidad.
El nivel interpretativo de la mayoría de secundarios y de los extras es de vergüenza ajena. Aquí no sabe morir casi nadie, mueren como los ninjas purpuras.
Esas escenas de violación tan largas y explicitas sobran… son un tanto sorprendentes además, porque las películas de vengadores no suelen tenerlas (aunque que esperar de la productora Cannon Films).
El guion es de traca. Bronson es McGyver. Te hace una falsificación de una tarjeta de médico con tipex y una fotocopiadora que flipas.
Yo no sé si eso que sale la película es Los Ángeles, pero parece un barrio (ultra)marginal de una ciudad futurista, de un mundo en el que solo quedan putas, puteros, yonkis y más gente de mal vivir.
El ‘grupet’ de asesinos violadores (que cuando no asesinan y violan escuchan música en el parque), en el que encontramos a un jovencísimo Laurence Fishburne buscando su sitio en el cine, están tan estereotipados que duelen. Es más, es que se me acercan con esas pintas (¡que pintas! Solo la gente de malvivir va con esas gafas de sol por la noche) por la calle y no dejo que me hablen, un tiro al canto, se ve que son mala gente a leguas.
El tufo fascistoide (habitual en estas cintas de ‘venganza’) es muy grande.

Conclusiones: veréis, yo esta película no quería verla. Fue un error causado por los LISTOS que ponen título a las películas en España. Esta es la secuela de la que yo quería ver y que confundí. Mi idea era ver “El justiciero de la ciudad”. Pero veréis, en América la saga se llama: “Death Wish”. Son cinco películas, la primera de 1974 y la última de 1994, todas protagonizadas por Charles Bronson. ¿Queréis saber cómo se titulan aquí? Mirad: “El justiciero de la ciudad” (1974), “Yo soy la justicia” (1981), “El justiciero de la noche” (1985), “Yo soy la justicia II” (1987) y “Venganza personal” (1994). Ningún orden ni concierto… y claro, en su día la guardé en el disco duro pensando que era la original, no la secuela, y así la vi hace unos días.
De todas maneras, me he entretenido. A ver si para la próxima doy con la primera.




El jardín de las torturas
(Torture Garden)



Reino Unido, 1967; Duración: 96 min., Director: Freddie Francis, Guion: Robert Bloch, Música: Don Banks, James Bernard, Reparto: Jack Palance, Beverly Adams, Burgess Meredith, Peter Cushing, Michael Bryant, Robert Hutton, John Standing, John Phillips, Maurice Denham.
Género: terror, película de episodios.

Sinopsis: Según el doctor Diablo, existe un show especial, en el que por medio de la tortura, es posible prevenir a la gente sobre los males que les deparará el futuro. Los que se prestan al experimento se muestran en principio escépticos pero, poco a poco, van descubriendo la codicia y la violencia que llevan dentro, e incluso uno de ellos desvela sus instintos más asesinos. Sin embargo, un perspicaz espectador que descubre la verdad que se oculta tras el experimento decide establecer un pacto con el Diablo.


Lo mejor: me encantan las películas de terror de formato ‘película de episodios’. Para esta ocasión, y valiéndose de una feria en la que un tal Doctor Diablo presenta un show en el que una extraña estatua te adivinará el futuro, los personajes verán a través de ella, lo que quizás, el futuro les depara.
El primer segmento es sobre un hombre que acude a casa de un rico familiar moribundo. Su codicia le llevará a descubrir la terrible verdad sobre como hizo su fortuna y a toparse con un gato muy siniestro. Entretenido. Una historia clásica de terror de la época.
El segundo segmento es sobre una aspirante a actriz sin escrúpulos, que hará lo que sea para llegar a la fama, y que descubrirá el secreto de porque los actores parecen siempre tan jóvenes y atractivos. Entretenido, con un toque muy naif.
El tercer segmento es sobre un trio muy especial, el formado por una parejita y el piano de él, que parece que está poseído por la madre del chico y que no ve muy apropiada la relación que este mantiene con su novia. El más flojo y aburrido de todos. ¿Un piano poseído y con instintos asesinos? No termina de cuajar…
Y el último, versa sobre un apasionado de Poe que conoce al mayor coleccionista de la obra del escritor. Y en su colección hay de todo, de todo... Es el mejor relato de la cinta, sin ninguna duda, el más oscuro y siniestro, con un puntito original, e interpretado por los dos actores más conocidos de la película: Peter Cushing (un gusto siempre verle) y Jack Palance.
Como es habitual en este tipo de películas, siempre hay un pequeño final inesperado en la historia conductora.
Lo dicho, una cinta entretenida. Que te hacer pasar un rato ameno si este tipo de películas te cautivan (como a mí).

Lo peor: no es la mejor compilación de relatos que la Amicus nos ofreció. Exceptuando el último cuento, ninguno dice gran cosa, y son fácilmente olvidables.

Conclusiones: ains, que penita me da, esta era mi última película del estilo que me quedaba por ver, de mi querida productora Amicus. En fin, la he disfrutado mucho. Las historias cortas de terror me hacen pasar siempre un rato muy entretenido, y como son cortas y hay variedad, nunca llegas a cansarte. Mis favoritas siempre son las que se hicieron por esta época, y si como añadido ponemos que en una de ellas sale Cushing, ¿Qué más pedir?
Recomendada, aun sin ser la mejor de su espécie (como sí lo son “Condenados de ultratumba” o “Doctor Terror”).


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