lunes, 10 de agosto de 2015

El reino de los cielos (Kingdom of Heaven)





Título original: Kingdom of Heaven
Año: 2005
Duración: 144 Minutos
País: Reino Unido
Director: Ridley Scott
Guión: William Mohana
Música: Harry Gregson-Williams
Reparto: Orlando Bloom, Eva Green, Jeremy Irons, Liam Neeson, David Thewlis, Brendan Gleeson, Edward Norton, Michael Sheen, Marton Csokas, Ghassan Massoud, Iain Glen, Alexander Siddig, Velibor Topic, Kevin McKidd, Khaled Nabawy, Jon Finch, Robert Pugh, Ulrich Thomsen, Giannina Facio, Nathalie Cox, Bronson Webb, Nikolaj Coster-Waldau, Alex O'Dogherty.
Premios:
2005: Premios Goya: Nominada a Mejor diseño de vestuario.
2005: Satellite Awards: Mejor banda sonora. 5 nominaciones.
2005: Premios Cine Europeo: Premio del público mejor actor (Bloom).







A finales del siglo XII, los llamados Cruzados luchan en el Levante mediterránea para proteger la ciudad de Jerusalén de los soldados del islam. Uno de los cruzados, Godofredo de Ibelín (Liam Neeson) viaja hasta una ciudad de Francia para convencer a un joven herrero francés que le acompañe.






Se trata de una película bélica que trata el apartado de las Cruzadas, concretamente unos años antes de la tercera. La época de las guerras santas es uno de mis temas preferidos, además no se ha tratado en este blog.
Aunque dure alrededor de dos horas y media, yo vi la versión extendida de poco más de tres horas (no tuve más remedio, pues no pude conseguir una copia de la versión “corta”).
A grandes rasgos, se puede decir que es entretenida, aunque su duración es demasiado y, además, el personaje de Balian (Orlando Bloom) está muy mal representado a lo que la historia dice ser.



En cuanto a los actores, se ha reunido a un plantel bastante bueno. En primer lugar tenemos a nuestro protagonista, Balian (Orlando Bloom), un hombre inexperto en el arte de la guerra que acaba marchando a tierra santa para recibir el perdón de Dios y así purificar su
“alma”. Godofredo es el cruzado veterano que, ciertamente, no se ha buscado un gran relieve en este personaje. Otro de los grandes es Tiberias (Jeremy Irons) que aporta sentido común a la guerra. No hay que olvidar mencionar a la princesa Sibylla (Eva Green) que llevará a cabo la parte amorosa del filme.



Las cruzadas fueron guerras santas protagonizadas por distintos reinos europeos como Francia o Inglaterra con el objetivo de controlar Tierra Santa. Estas cruzadas eran convocadas por parte del papa y se entendía como una guerra de religiones para eliminar a esos mentirosos y engañadores que eran los musulmanes. Obviamente, esta no era el verdadero objetivo, los musulmanes eran más ricos en recursos (porque el imperio romano ya se encargó de explotarlo prácticamente todo) y los cristianos buscaban comerciar para hacer sus reinos más poderosos económicamente y, a la vez, militarmente. Aparte de la cuestión económica, las cruzadas también eran una forma de evitar los conflictos entre los propios cristianos, me explico, el feudalismo fue un proceso extremadamente violento en los que se mataban por obtener tierras. La cruzada daba salida a esa violencia concentrándola en un enemigo común, los musulmanes, creando la imagen del demonio entre ellos, además de que estaban equivocados por seguir a un dios falso ellos eran los encargados de iluminarlos.



El ejemplo más claro de este objetivo económico lo encontramos en el personaje de Tiberias. Durante toda la película, afirma que no hay que hacer la guerra con los musulmanes, sino retomar sus relaciones amistosas y, así, entablar los conocidos derechos de comercio. La otra cara de la moneda son los personajes de Reinaldo de Chatillon (Brendan Gleeson) y Guy de Lusignan (Marton Csokas) que odian a los musulmanes a muerte y sólo buscan guerrear con ellos; uno no puede evitar recordar la frase de Jean Anouilh: “Todas las guerras son santas, os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener el cielo de su parte”. Este argumento también se repite en las películas sobre la mafia, afirmando que se necesita que todo esté tranquilo para obtener beneficios, es simple, las guerras son extremadamente caras y mantenerlas significa la ruina para ambas partes eso lo sabe muy bien los que juegan a la saga "Total War" y, en este caso al "Medieval II". Cuando no hay guerras, amasas un montón de dinero gracias a tus socios comerciales pero, cuando te declaran la guerra o viceversa, llegas a arruinarte teniendo que mantener multitud de tropas, los comercios se cortan, saqueos, ruptura comercial con otros aliados, etc. por eso, odio que el papa declare una cruzada. 




Aunque la película sea excesivamente larga, es entretenida, aunque a lo mejor soy yo, que me encanta este periodo. Nadie espera ver un documental histórico y menos en una película de Ridley Scott. De todas formas, buscar fidelidad en una película es bastante estúpido.
Nueve cruzadas durante doscientos años y algunos afirman que hubieron muchas más (de hecho, el enfrentamiento entre nacionales y republicanos fue nombrado como una cruzada contra los comunistas, aprobada incluso por el Papa); así que “Realmente excepcional era el montón de huesos”.




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