Hotel Transilvania 2 - 'Drácula is back'

Titulo Original: Hotel Transylvania 2

Año: 2015

Duración: 89 minutos

País: Estados Unidos

Director: Genndry Tartakovsky

Guión: Adam Sandler, Robert Smigel

Música: Mark Mothersbaugh

Reparto: Animation

Todo parece mejorar en el Hotel Transilvania. La rígida norma establecida por Drácula de “sólo para monstruos” se ha suprimido y se aceptan también huéspedes humanos. Lo que preocupa al conde es que que su adorable nieto Dennis, medio humano y medio vampiro, no dé señal alguna de vampirismo. Aprovechando que Mavis ha ido a visitar a sus suegros humanos, Drácula recluta a sus amigos Frank, Murray, Wayne y Griffin para hacer que Dennis pase por un campamento de “entrenamiento de monstruos”. Lo que ignoran es que Vlad, el gruñón padre de Drácula, está a punto de llegar al hotel. Y cuando descubra que su bisnieto no es de sangre pura y que los humanos pueden frecuentar el establecimiento las cosas se complicarán.

Cuando en 2012 salio la primera parte de 'Hotel Transilvania', yo me lo pase pipa viéndola, y es que dentro de la moda que había dado a todo el mundo con los vampiros (¡ay 'Crepúsculo'! Que mal has hecho al género...) ver una parodia, en animación, y encima sin dárselas de serios por la vida, pues era como un alivio para todos. Si es cierto que la calidad de la cinta no era como la de Dreamworks o Pixar (ese titan que tanto daño hace a los demás a la hora de las comparaciones), pero eso no quita que fuese divertida, y es que de vez en cuando te apetece ver películas que no te hagan mucho pensar, nada más que disfrutar de cine sin más. Las cintas de animación son perfectas para esto (si no eres Pixar, claro, que son más 'profundos'), y siempre son de agradecer. 'Hotel Transilvania' no destacó por ser muy novedosa, ni tampoco original, pero no puedes dejar de sonreír en todo momento. Esta secuela es igual, y cuando digo igual, es igual, cosa que le beneficia y a la vez le perjudica.

En esta ocasión la acción se sitúa más fuera que dentro del hotel, y es que Mavis y Jonathan están felices con su matrimonio y su pequeño Dennis. Aprovechando que la pareja se ha ido fuera, Drácula intentará entrenar a su nieto a ser un buen vampiro, siempre, claro esta, con la ayuda de sus amigos.

Como ya he dicho antes, esta secuela no ha elegido el terreno de la novedad, ni la de arriesgarse en su
camino al éxito. Con la primera entrega vieron que haciendo las cosas sencillas, podía funcionar perfectamente, no por nada ha sido el mayor éxito comercial de Sony en el terreno de la animación. ¿Por qué arriesgarse entonces con esta segunda parte si ya sabemos que funcionará? Para los niños eso puede funcionar, porque ellos no esperan más que unos monigotes moviéndose por la pantalla, y se encima se dan de bruces o se tropiezan, pues mejor que mejor; pero para los adultos que nos sentimos niños, por mucho que no queramos tampoco que nos hagan demasiado pensar, si queremos no ver lo mismo dos veces. Aquí ocurre eso, es como estar viendo la primera, solo que con un radio más amplio de movimiento: diferente historia, si, pero misma manera de llevarla.

El guión no es malo, para nada, es entretenido, con muchos gags, aunque no todos sean igual de divertidos (admito que con alguno que otro solté una carcajada), pero a la vez es muy simple: la mano de Adam Sandler se deja mucho ver por la historia, tanto en cuanto que los personajes adultos se comportan como auténticos niños, un tema muy presente en sus películas, sea cual sea, la de la inmadurez. Aquí también se ve a la hora de comportarse Dracula y sus amigos. El villano de la cinta no esta muy bien dibujado: necesitaban a alguien que fuese el malo de turno, así que cogemos al primero que se nos ocurra y en cuestión de los últimos diez minutos de película metemos todo con colador y ahí ya que salga lo que quiera. Es demasiado precipitado todo, y es que se centra más en el 'entrenamiento' del pequeño, que es lo realmente interesante de la cinta, por otra parte. La acción esta un tanto desequilibrada, y eso tampoco ayuda mucho.

Para terminar, la moraleja que toda cinta de animación tiene. Aquí nos enseña claramente que no hay que forzar a nadie a ser quien no es; todos tenemos nuestro tiempo, unos más otros menos, pero siempre, al final, descubrimos quienes somos y que es lo queremos ser. Sabemos, y esto no es spoilers que Drácula acabará aceptando a su nieto, sea humano o vampiro. 

Es muy recomendable si os gustan las cintas de animación sin pretensiones, y si encima vais con niños, mejor que mejor.