Titulo Original: Van Helsing Año: 2004 Duración: 128 minutos País: Estados Unidos Director: Stephen Sommers Guión: Stephen Sommers Música: Alan Silvestri Reparto: Hugh Jackman,Kate Beckinsale,Richard Roxburgh,David Wenham,Shuler Hensley,Elena Anaya,Will Kemp,Kevin J. O'Connor,Silvia Colloca,Alun Armstrong,Josie Maran,Tom Fisher,Samuel West,Dana Moravkova
Siglo XIX. En los Cárpatos está la misteriosa y mítica región de Transilvania, donde habita el Mal que se hace presente cuando el sol se pone, y donde toman forma los monstruos que protagonizan las pesadillas de los hombres. Enviado por el Vaticano, Van Helsing inicia allí su lucha contra el conde Drácula y las criaturas bajo su control.
En 2004, el artífice de la saga de 'La Momia' decidió poner toda la chusta en la parrilla para deleitarnos con una nueva bizarrada con los monstruos clásicos de La Universal: tachán, las aventuras de Van Helsing (Hugh Jackman), metido a mercenario del Vaticano. Joder, joder. Bueno, al lío: resulta que Van Helsing está amnésico perdido y se dedica a cazar monstruos por aquello de combatir el mal por medio mundo... Sí, queridos todos, la Iglesia, además de quemar gente durante la Edad Media, tapar durante décadas a pederastas y en general, oponerse al sentido común en todas las cosas, tiene la misión sagrada liberar a la Humanidad de gentes de mal vivir como Drácula y el Hombre Lobo. Total, que de aquella envían a Rumanía al maromo de Van Helsing y ya de paso para que contacte con la familia que lleva siglos peleando para reducir a mierda purulenta al vampirito transilvano y a su séquito de chonis voladoras.
La película, con todas sus moderneces, sus toques de 'steampunk' y sus efectos especiales, no deja de
ser un mordisco en el culo de los pobres monstruitos clásicos de la Universal. Y ahora voy con ellos, porque esto es para mear y echar sangre. Para empezar, tenemos un Drácula que, el muy hijo de puta, parece una mezcla de Sandro Rey, los Barones de Transilvania y un lolailo con chorreras para ir a ver a los Chichos en concierto. Es tan surreal que el cabrón resulta gracioso, tan zurullesco -con su pose depresiva y autodestructiva de gótico manchego- que es casi lo mejor de la peli. Luego tenemos a las tres zorránganas voladoras que se zumba Drácula, entre las que aparece la joven Elena Anaya interpretando a uno de ellas (Aleera): dan más guerra que el tolailo de Vladislao Dracula, que és como le llaman aquí al chupasangres, y vaya si lo consiguen. Además de esto, tenemos por ahí suelto al Hombre Lobo, un maromo ciclado que parece hecho en una clase de Preescolar con el Paint y al monstruo de Frankenstein, que resulta que es el único que está cuerdo. Realmente, el papel de este personaje es como el de Patricio en Bob Esponja: el apoyo moral, el consejero fiel y por supuesto, el más inteligente de la historia.
Por su parte, Kate Beckinsale interpreta a Anna Valerious, la última descendiente de los cazadores de vampiros en Rumanía. No jodamos con Kate, es otra que como Milla Jovovich mejora con los años y cada vez está más reventona, aunque sigue encasillada en papeles de mierda que casi siempre tienen que ver con vampiros o serie B. Aquí se dedica a correr de un lado para otro pegándose con los monstruos y con tan mala suerte de que al final, es Van Helsing quien la mata, una vez transformado en Hombre Lobo. Sí, resulta que para poder matar a Drácula solo lo puede hacer un licántropo, así que ale, cogemos el mondongo peludo que ya teníamos y le ponemos más cachas todavía para que todos sepamos que se trata de Huck Jackman, el macho alfa.
Flipadas en 'Van Helsing' las encontramos a cascoporro. Escenas de acción con exceso de duración, absurdos en el guión (que avanza a trompicones), humillación de los personajes clásicos... Van Helsing no deja de ser un garrulo, un mascachapas, un tronista que se limita a probar las armas que le hace Karl (David Wenham), un monje que va de inventor y que gusta de mojar el churro cuando nadie le ve... Para mí es el ganador sentimental de toda la peli. Sus andares de pingüino imperial, su estupenda permanente (esos pelos en forma de casco bizantino) y su 'savoir faire' le convierten en el verdadero 'fucker' de la función. La verdad es que me quedo con aquel tinglado que hizo la Hammer con 'Capitán Kronos', por lo menos duraba menos, tenía algo de humor negro y había espadazos por doquier. Aquí tenemos a los mataos que van con Van Puten Mierden que no se cargan a nadie, que aburren con sus tontadas y que entre todos no son capaces de dar caza a un hortera transilvano que en vez de dar miedo y hacer las cosas que hacen los monstruos, se pasa el día llorando por las esquinas porque siempre se le chafan los huevos... Sí, las novias de Drácula ponen huevos como gallinas del infierno y de ellos salen unos bichos que explotan como si fueran blandiblú. Vamos a ver... ¡Pero si eres un puto vampiro! ¿Para qué quieres descendencia, si eres inmortal? Vaya puta mierda... La mitad de la película son las matrimoniadas de Drácula con las parientas y el tema de los bebés vampiros. Querían, claro está, humanizar al personaje y toda esa mierda.
Luego tenemos a Drácula en su forma de monstruo que parece un monigote sacado del primer 'Mortal Kombat'. Me partía el culo al ver que lleva la misma permanente que cuando tiene forma humana, se nota que lo de ir de chuletas repeinado suma puntos para ligar en aquella región de Transilvania. Pero es que este vampiro es un moñas... En la versión de Francis Ford Coppola, las motivaciones del monstruo estaban bien plasmadas, empatizabas con él. Y era un cabrón de cuidado, como mandan los cánones... Pero aquí todo eso se ha ido por el cagadero del castillo de cartón piedra de Vlad.
Película del montón, por lo menos las aventuras de la familia O´Connell en 'La Momia' eran de mucha risa y había tontadas dignas de mención, incluso los malos eran interesantes. Menos mal que aquí el tema franquicia les salió por donde amargan los pepinos, porque de lo contrario tendríamos mierdas de Van Jilipoyensing para rato.
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