Tomorrowland: El mundo del mañana (Tomorrowland)

Título original: Tomorrowland

Año: 2015

Duración: 130 min.

País: EEUU

Director: Brad Bird

Guion: Damon Lindelof, Brad Bird, Jeff Jensen

Música: Michael Giacchino

Reparto: Britt Robertson, George Clooney, Hugh Laurie, Raffey Cassidy, Judy Greer, Kathryn Hahn, Lochlyn Munro, Chris Bauer, Tim McGraw, Paul McGillion, Raiden Integra.

Unidos por el mismo destino, una adolescente inteligente y optimista llena de curiosidad científica y un antiguo niño prodigio inventor hastiado por las desilusiones se embarcan en una peligrosa misión para desenterrar los secretos de un enigmático lugar localizado en algún lugar del tiempo y el espacio conocido en la memoria colectiva como “Tomorrowland”, y así salvar a la Humanidad. 

De la nueva película de Disney se lleva hablando mucho de ella aquí en Valencia desde su rodaje. De todos es ya sabido que la ciudad futurista que vemos en la cinta, es nuestra ‘Ciutat de les arts y las ciències’, aderezada claro, de forma digital, con toques aún más futuristas. Por lo que ir a ver la película, siendo valenciano, tenía un plus. En la sala de cine todo el mundo murmuraba cuando sus edificios aparecían. Y es que, al fin y al cabo, es un sitio por el que paseamos tan a menudo (yo al menos, paso bastante por allí), que verlo en una superproducción de Hollywood, con un George Clooney y un Hugh Laurie correteando por ahí, pues tiene su gracia (y su rollo). Sin contar la que se lio cuando vinieron a grabar, y cuando hace unos días, vinieron a presentarla…

Pero yo, aparte de ir para ver como salía la obra de Calatrava, me gustaba lo que intuía sobre la película. Porque fui al cine a verla sin saber mucho sobre la cinta, es así. Últimamente estoy un poco harta de esos atracones de trailers y adelantos con los que nos bombardean, y que luego repercuten en no sorprenderte en nada o destriparte muchas cosas (gags cómicos en las películas de comedia, sustos en las de terror…). O al menos esa es mi sensación.
La película nos muestra un mundo de ciencia-ficción diferente al mostrado en cintas más actuales, olvidándose un poco de esas ciudades sucias y caóticas, y mostrándonos una mucho más optimista. Y por supuesto, limpia, de un blanco impoluto. Es decir, imaginaros más bien, algo parecido al imaginario de “El mago de Oz”. Y con bastante más esperanza en el ser humano y el cambio. Porque es otra característica de “Tomorrowland”, y de la factoría Disney en general, el ‘si quieres puedes’. Aún hay fe en el ser humano, aun podemos cambiarlo las cosas, ayudar a la naturaleza y salvarla. Sólo hay que creer en ello. (A lo largo de la película, hay varios diálogos muy interesantes sobre el tema).
Y por un lado, siempre es bueno ese positivismo (la ciencia-ficción suele ser más bien negativista) y remover un poco la conciencia de que debemos cuidar al planeta, nunca sobra.

Hay que remarcar que la cinta tiene un toque infantil muy agradable, dirigido al público más joven. No esperéis hostias y violencia a mansalva en ciudades futuristas que esto no funciona así… ni es su intención.

Recordar lo que os he dicho antes y sumadle ese espíritu aventurero tan genial de cintas como “Los Goonies” o “Regreso al futuro”, sumado a sus toques cómicos, que no faltan. Ya el mismo carácter de los personajes invita a ello. La protagonista podría ser perfectamente un Marty McFly chica. Por su desparpajo, su esperanza y por su lucha (y por su gorra).

Y hablando de los protagonistas, aparte de un buen George Clooney y un pasable Hugh Laurie (que queréis, mucho no hace, aunque su dialogo final es muy bueno), contamos con dos actrices prácticamente desconocidas que realizan sus papeles a la perfección. La pequeña Raffey Cassidy es todo un descubrimiento, lo hace de lujo. Y su compañera Britt Robertson igual. Ambas, junto a Clooney, conforman un trío muy interesante y divertido. Compenetran, son carismáticos y te haces con ellos.

La ambientación, los efectos, y todo el diseño que podemos ver es espectacular. En particular, Tomorrowland es una pasada, dan ganas de ir (y el pasaje de la Torre Eiffel mola).
El inicio es estupendo, en serio, con ese niño visionario que sueña con ser inventor. Y el posterior viaje a Tomorrowland de la prota, gracias al pin, muy impresionante.
Quizás, uno de los defectos es que la película se queda como una especie de prólogo largo, parece que le falta algo. Se queda un poco coja en ciertos aspectos. Probablemente, ¿esto de deba a que Disney se plantee esto como una saga de películas? (no sé, da esa sensación). Su imaginario puede tirar de ello perfectamente. Y aquí sólo nos están planteando su mundo y las posibilidades.
No es que todo esto sea malo, es sólo que sales de la sala pensando que, aunque te ha gustado y divertido, quizás le ha faltado un empujoncito, ‘un algo’, para terminar de llegar y no quedarse en un término medio.

Pero en definitiva, yo la recomiendo. Es un viaje muy entretenido, te hace vivirlo y querer viajar a Tomorrowland. Es una de esas aventuras para toda la familia que tanto disfrutábamos cuando éramos más pequeños, que te invitaban a soñar y a vivir grandes aventuras. Hay que saber verla con esos ojos. Es imaginativa y engancha.

Y aparte, tiene hasta más valor cuando piensas que Disney se ha atrevido con algo nuevo, que no es ni secuela ni remake. Veremos cómo le sale y si de aquí salen continuaciones.

Y sí, es muy Disney. Pero eso tampoco es malo. Y su mensaje, es necesario en estos tiempos.