Titulo Original: Avenging Force
Año: 1986
Duración: 104 min.
País: EE UU
Director: Sam Firstenberg
Guión: James Booth
Música: George S. Clinton
Reparto: Michael Dudikoff, Steve James, James Booth, William Wallace, John P.
Ryan, Karl Johnson, Marc Alaimo, Allison Gereighty, Loren Farmer, Rick Boyle
Matt Hunger,
agente del servicio secreto retirado, decide volver con sus antiguos compañeros
para investigar el asesinato de un amigo.
En 1987 la mítica productora
Cannon nos deleitó con una nueva chusta surgida de la calenturienta mente de
Sam Firstenberg, artífice de la mejor saga de acción de la historia (El
guerrero americano). Aprovechando
el tirón que estaban teniendo en el mercado, esta vez nos traen de vuelta a la
pareja de oro formada por Michael Dudikoff y Steve James, dispuestos a liársela
pardísima a una sociedad secreta de tintes neonazis (“Los Pentágonos”). Dudikoff
interpreta a un ex-agente secreto, Matt Hunger, que vive retirado en el rancho
de sus padres para cuidar de su hermanita de 12 años (Sara) y er agüelo Jimmy. Hasta aquí todo normal,
pero de repente, los malos (la hermandad de Cazadores de los Pentágonos) que
son bastante cabroncetes y un poco nanzis deciden boicotear la campaña política
de Larry (Steve James), que es un afroamericano candidato a senador y ya de
paso, liquidarle a él y a toda su familia. Con semejante argumento en manos de
la Cannon, la película se convierte en la obra maestra más infravalorada del cine
de los años 80 del pasado siglo.
Al lío. Pues resulta que en la
película, “Los Pentágonos” tratarán en todo momento de evitar que Larry llegue
al poder en el Ayuntamiento de Nueva Orleans y en sucesivos atentados y
escaramuzas consiguen dar el pasaporte a toda la familia de Larry, incluyéndole
a él. Por ejemplo, la primera muerte (uno de los hijos de Larry) se produce
durante la celebración del Mardi Gras y como todas las que aparecerán en el
filme es más falsa que la ardilla disecada que lleva Nicolás Cage para taparse
el cartón. Es que tu lo ves y dices, mira, el niño cae muerto en los brazos de
Steve James antes de que suenen los disparos... Se ha hecho uno con La Fuerza
antes de que lo liquiden, como Obi-wan Kenobi. Otra de las muertes penosas que guardo
en la retina es la del otro hijo de Larry, durante el atentado contra la casa
del candidato. Resulta que Matt (Dudikoff) se tira desde el tejado de la casa
al suelo con el niño, que parece que el césped está mullido y la caída no duele
si no te ries. Si os véis toda la escena, está tan mal hecha y es tan cutre que
parece un sketch antiguo de La
Cuadrilla del programa Vaya Semanita... Es como cuando
tiran a Josepo por la ventana al final de cada episodio, que tú ves al típico
monigote de goma volando por los aires para simular la caída. Total, que en
esta película vemos al doble de Dudikoff y al monigote de goma despeñándose
desde el tejado, lo que supone una partida de caja brutal cuando lo ves. Luego
tenemos la muerte de Larry, que es como... “me disparan un par de veces, me
tiran un flechazo pero me da tiempo a subir las escaleras ardiendo de mi casa y
cuando cojo al niño, digo... ay, que me vuelo toda, adiós, me precipito al
vacío y muero para siempre”.
Momentos cumbres hay cientos en La fuerza de la venganza. Uno de los mejores se produce
cuando rednecks de los pantanos de Nueva Orleans
para rescatar a su hermanita Sara. Total, que le vemos haciendo cosas ninjas
mientras nada por el pantano para llegar al pueblo (en vez de ir en coche o
algo así) y al llegar, se encuentra con un travieso que se llama Fifí y que le pone ojitos
tiernos. Total, que resulta que este trans, que es un hacha para prostituir
niñas, le guía hasta su hermana y cuando Matt decide llevarse a Sara -que la
han pintado la cara Parkinson
Style y parece Lola La
Piconera-, saca su verdadera naturaleza de Manolo y tiene un par de palabras
con Dudikoff, quien lo arroja por la ventana con precipitación y alegoría.
nuestro amigo Matt se acerca a un poblado de
La idea es que “Los Pentágonos”,
tras acabar con Larry y su familia, deciden chantajear a Matt para que
participe en su juego de cazar personas y se convierta en su presa, durante una
cacería en los pantanos de Nueva Orleans. Para conseguirlo, no se les ocurre
nada mejor que llevarse a su hermana a un poticrús de pueblo y ponerla bajo la
custodia de un travelo que primero se quiere tirar a Matt y luego se le pone
farruco. Semejante detalle, suficiente para encumbrar La fuerza de la venganza al Olimpo de las películas
ochenteras, será el punto de partida para presentarnos al grupo de “Los
Pentágonos” en toda su gloria y a cada cual más bello y simpático: un calvo
aficionado al leather y las máscaras de masoca, un ninja
vestido de mecánico y máscara de verbena, un soldadito que va vestido para
jugar alpaintball y luego
está el jefe de todos ellos, Elliot Glastenbury, que lleva una máscara genial
de Pokemon, aficionado a los cables para estrangular y los gatitos. Dicho esto,
lamento profundamente que nadie cogiera estos personajes tan míticos y se
currara un spin-off a la altura de este largometraje,
porque es la mejor banda de malvados malignos de la historia del cine.
A pesar de sus esfuerzos, nuestro
amigo Matt consigue cargarse a casi todos y después acude a la casa del jefe de
los malos (Glastenbury) para presentarle sus respetos y de paso pegarle de
collejas en la cepa de la oreja. En ese momento, la película se transforma para
dar lugar al duelo más épico, a la acción más desenfrenada, a la lucha entre la
luz y la oscuridad... Vamos, una puta mierda, apestosa y humeante como el
zurullo de un elefante con colitis. El malo se nos pone estupendo y nos enseña
que es una máquina artrítica de pelear con espadas, lanzas, mazas, etc mientras
que Dudikoff se defiende a la desesperada, con tan buena suerte que consigue
exterminar a su enemigo utilizando el mobiliario de la casita de Glastenbury. Con
esta muerte tan cutre, nuestro amigo consigue terminar con “Los Pentágonos”,
aunque sospecha que puede haber más por ahí sueltos.
Muy recomendable, siempre que la
ponen en Paramount Channel dejo lo que esté haciendo para
echarme unas risas con esta maldita bazofia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario