¡Rompe Ralph! - 'Lo retro es algo viejo pero que mola'

Título Original: Wreck-it Ralph!

Año: 2012

Duración: 101 minutos

País: Estados Unidos

Director: Rich Moore

Guión: Phil Johnston

Música: Henry Jackman

Reparto: John C. Reilly, Sarah Silverman, Jack McBrayer

Premios: 2012: Premios Annie, 10 nominaciones incluyendo mejor pelicula

2012: Globos de Oro, mejor pelicula de animacion

2012: Satellite Awards, nominado a mejor largometraje de animacion

2012: National Board of Review, mejor largometraje de animacion

Ralph querría ser como Fix-It Félix. Él es todo lo que a Ralph le gustaría ser: un tipo perfecto. Y es que se ha cansado de ser un chico malo, porque parece que se ha pasado de moda, y ahora lo que se llevan son los superhéroes. Ahora tiene la oportunidad de resarcirse gracias a un videojuego protagonizado por un villano, el sargento Calhoun. Si él pudiera vencerlo, se convertiría en el salvador de la humanidad. Ralph se introducirá en ese juego de realidad virtual con la intención de sacar la máxima puntuación. Pero sin darse cuenta, pondrá en peligro todo al liberar a un enemigo mortalmente peligroso. ¿Podrá Ralph hacer frente a todos los peligros del juego y alzarse como ganador en esta partida en la que se juega la vida y el honor? 

El pasado sábado 15 de diciembre, gracias a nuestros amigos de Sensacine (@SensaCine) y a los chicos de HobbyConsolas, y con motivo del Community Day, uno de los miembros que componen AccionyCine (lástima que no fueran las dos), pudo asistir, en primicia, al preestreno de ‘¡Rompe Ralph!’, la nueva película de animación de Disney, que viene dispuesta a hacernos pasar un rato muy agradable.

No hay que olvidar mencionar el corto que pudimos ver antes de la película, algo a lo que Disney nos tiene acostumbrados últimamente. En este caso se trataba de Paperman, donde Disney consigue hacernos experimentar muchas sensaciones en unos pocos minutos, a través de sus imágenes y su maravillosa música, que sin duda te hará creer en las cosas imposibles, y en hacerte saber que las cosas pueden conseguirse si se pone empeño y tesón, sea lo que sea.

Muchos años tuvieron que pasar para que Ralph al fin diera el salto, nada más y nada menos que 20 años son los que lleva este proyecto fraguándose, con cambios de nombre y de protagonista incluidos, hasta llegar a nuestro querido Ralph (en un principio iba a ser Félix), que está inspirado sin duda en Donkey Kong, tanto física como personalmente, al igual que Feliz está inspirado en Mario (que en un principio era carpintero, no fontanero). Por fin Disney dio luz verde al proyecto, aunque, en mi opinión, mucho tiene que ver Pixar y Lasseter en ello, ya sea debido a la estética del film (más en consonancia con ‘Toy Story’ y otras cintas de la casa) y en el tema (sería raro que el Diseny de siempre tratara con videojuegos). Sea por lo que sea, aquí esta, y sin duda es muy, pero que muy disfrutable y entretenida.

Ralph está cansado de ser el malo del juego, de destruir siempre el mismo edificio y de ver como Félix lo arregla y se lleva siempre el merito, con fiestas incluidas, a las que, por supuesto, Ralph no está invitado. ¿Qué pasaría si el malo desapareciera del juego? Eso es lo que descubren en el videojuego donde trabaja Ralph, ya que decide que es hora de ser el bueno, y de llevarse el merito por las cosas que hace. Por el camino conocerá a muchos personajes, incluida la irreverente Vanellope, que sin duda será la que le haga descubrir que es lo mejor para él y para todos los demás.

Para algunos la cinta peca de demasiado sentimental, de tener el sello de Disney por cada rincón del filme, esto viene a ser en la parte de la ‘ñoñeria’, pero creo que están equivocados. Es cierto que la película tiene una parte más dirigida al público infantil, pero eso no hace que sea pesada o demasiado sentimentaloide.

Hay dos partes claramente diferenciadas en el filme: por un lado tenemos la primera parte de la cinta, en la que se nos muestra todo un desfile de personajes de videojuegos que harán las delicias de los mayores y de los fans de ese mundo; y por otro lado la segunda parte, más centrada en los niños y en el mensaje que la película quiere transmitir.

Para los que no somos amantes de los videojuegos, o aquellos que se quedaron en Super Mario Bros y en Sonic (entre las que me incluyo), muchos de los cameos que aparecen en la película no les llevaran a ningún sitio, porque no entienden de que va la cosa, o bien no se darán cuenta de detalles que al ojo experto no se le escapan, pero no pasa nada, porque la película la disfrutaras de igual manera. A pesar de todo, esa primera parte es pura delicia, con esa reunión de malos, tratando sus problemas y diciéndose verdades como un templo (‘Ser el malo no significa que seas el malo’), y algún que otro guiño a videojuegos famosos que sin duda te harán sonreír (sobre todo si los reconoces). Esa estación central de videojuegos mucho nos recordara a aquella estación que salía en ‘Monstruos S.A.’ con todas sus puertas. Coincidencias, quizás.

En la segunda parte ya nos centramos en Sugar Rash, el mundo de Vanellope, un mundo de gominola que es tan real que te dan ganas de levantarte e irte a comprar alguna que otra chuche para pasar el rato. Allí ocurrirá la acción, allí nos harán saber qué es lo bueno y que es lo malo en realidad, los sentimientos de las personas, el afán de superación y el saber reconocer cuando las cosas se están haciendo bien. Los amigos siempre serán los amigos, y pase lo que pase hay que estar para ayudarles. Eso te convierte en un verdadero héroe, seas como seas en realidad, o como tienes que ser por la sociedad (videojuego en este caso) en el que vives.

Es cierto que se echa en falta algunos personajes, como Super Mario, aunque es cierto que de forma indirecta le tratan tanto en el personaje de Félix como en la personificación del juego Sugar Rush, que está claro que es Mario Kard, pero si nombraran a cada uno o se extendieran en cada pequeño cameo que se usa (como el de Lara Croft) la película duraría algo así como cuatro o cinco horas, y no sería posible. Dejémoslo para la secuela que Disney ya está preparando.

Pero no solo hay homenajes a los videojuegos, sino que, para el ojo experto (o no tan experto, porque yo me di cuenta) hay algún que otro guiño cinéfilo, y eso es divertido verlo.

Posiblemente, ‘¡Rompe Ralph!’ sea una de las películas favoritas en esta temporada de premios, junto a ‘Frankenweenie’ y ‘El alucinante mundo de Norman’ (que está dando la sorpresa, sin duda), y es que Disney ha sabido compaginar perfectamente un estilo y una época en la que los videojuegos reinaban, con la realidad más cercana, la realidad del día a día, esa realidad con la que tenemos que lidiar, queramos o no, porque las injusticias están servidas, seas como seas. Además, ya se sabe, ‘lo retro es algo viejo pero que mola’.

Esta película equilibra perfectamente la nostalgia de aquella época con lo bueno de esta, y eso siempre es de agradecer.

¡Rompe Ralph!

Después de disfrutar de ‘¡Rompe Ralph!’, los responsables de HobbyConsolas dieron un pequeño coloquio, al que estábamos todos invitados, y con el que pudimos descubrir miles de cosas que se nos escaparon, además de comprender mejor muchas partes de la cinta, y de paso aprender, que nunca viene mal.

Los chicos de Sensacine también repartieron premios a todos aquellos afortunados que acudieron con su videojuego favorito o disfrazado de su personaje de videojuego preferido.

Y el Community Day continuaba después de aquello, ya que los amigos de Sensacine nos llevaron a comer a todos los blogueros. Allí pudimos disfrutar charlando de cine y jugando a un trivial sobre videojuegos que, para los no expertos, fue muy complicado (para mi, por ejemplo), pero que sin duda nos encanto a todos. Se repartieron premios a los ganadores de ‘¡Rompe Ralph!’ y llego al hora de irse. Simplemente fue un gran día, y nuestro primer Community Day,  espero que sea el primero de muchos.

¡¡Muchísimas gracias!!

No me quiero olvidar tampoco de nuestra compañera de WorldCinema7, ya que ese mismo dio estaba de cumpleaños en su blog: nada más y nada menos que dos años. Y que sean muchos mas.