domingo, 29 de diciembre de 2013

12 años de esclavitud (12 years a slave)




Título original: 12 years a slave
Año: 2013
Duración: 133 min.
País: EEUU
Director: Steve McQueen
Guion: John Ridley (Biografía: Solomon Northup)
Música: Hans Zimmer
Reparto: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch, Paul Dano, Paul Giamatti, Lupita Nyong’o, Sarah Paulson, Brad Pitt, Alfre Woodard, Michael K. Williams, Garret Dillahunt, Quvenzhané Wallis, Scoot McNairy, Taran Killam, Bryan Batt, Dwight Henry.
Premios:
2013: Globos de Oro: 7 nominaciones, incluyendo mejor película y director.
2013: Festival de Toronto: Mejor película (Premio del público).
2013: Critics Choice: 13 nominaciones, incluyendo Mejor película.
2013: National Board of Review (NBR): Mejores 10 películas del año.
2013: American Film Institute: Top 10 - Mejores películas del año.
2013: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor director.






Basada en hechos reales, nos muestra la vida de Solomon Northup, un hombre negro y libre que vive en Nueva York, que es secuestrado y vendido como esclavo. Ante la dura vida que le espera, intenta adaptarse a la violencia y abusos que recibe para poder sobrevivir, pero siempre intentado poder huir de esa vida para volver con su familia y conseguir justicia.






Siempre es difícil ponerse a hablar de una película que, sinceramente, te parece genial en todos los sentidos, y que encima toca un tema muy duro. No voy a ponerme en contra de la crítica, que ha hablado estupendamente de ella, porque pienso que tienen razón.
“12 años de esclavitud” nos habla de un período de vida muy duro para los negros en la América de la esclavitud y los negreros. De cómo se les consideraba meros objetos al servicio de los blancos con dinero y no tenían derecho a nada.
No es un tema nuevo en el cine, ya lo hemos visto antes, pero en esta película se relata desde el punto de vista de un hombre negro, libre y culto, que trabaja como músico y vive feliz con su familia. Hasta que un día es drogado, secuestrado y vendido como esclavo. A partir de aquí, vivirá de primera mano la penosa vida a la que miles de personas se vieron obligadas a vivir en aquella época. Y lo veremos con toda la crudeza, las palizas son fuertes y se muestran así al espectador. Latigazos, puñetazos, violaciones, insultos… los negros son tratados como simple mercancía, sin sentimientos, y a la que se le puede tratar como se quiera porque te pertenecen. Es duro ver cómo podemos llegar a ser así los seres humanos. Creerse en serio que por tener un color de piel diferente son inferiores y puedes tratarlos y adueñarte de ellos como te plazca.



Solomon, interpretado por Chiwetel Ejiofor, brilla en su papel. Transmite todo el dolor y el sufrimiento de aquellas personas.
Pero en la película se nos muestra también las diferentes personalidades de los caciques. Solomon tiene dos dueños, el primero el Sr. Ford (gran interpretación del genial Benedict Cumberbatch), un hombre amable y que se le nota su humanidad, no maltrata a nadie y sabe que los negros también son humanos, como él. Pero no por ello deja de ser un hipócrita, que aunque da sermones, Biblia en mano, sigue comprando esclavos y permite la compra de una mujer a la que separan de sus hijos. Según él, no puede luchar contra el sistema, el intentó comprar a sus hijos también, pero no pudo. Se resigna y acepta el rol que le toca, no lucha. Pero sus remordimientos le llevan a usar a un capataz, sádico y loco, que trate a los esclavos por él. Y tampoco concede a ninguno la libertad, al fin y al cabo, invierten mucho dinero por ellos… ayuda a Solomon vendiéndolo a otro cacique. Y este es el otro dueño de Solomon, interpretado por Fassbinder, y este sí que es el típico negrero que todos imaginamos. Loco, sádico, violento…
Y luego tenemos a Brad Pitt, interpretando al personaje, a mi parecer, más ‘increíble’ de la película. Se trata de un carpintero canadiense que no conocía la esclavitud hasta que llego a los EEUU y ayuda a Solomon a volver a ser un hombre libre.
Me falta por nombrar a Paul Giamatti, como el mercader de esclavos. Un hombre desprovisto de sentimientos, que sólo ve a los negros como mercancía que vende para obtener dinero.
Pero en definitiva, todos los actores, están mejor que geniales en sus interpretaciones y bordan sus papeles, ya sean más secundarios o no.



Pero si tuviese que remarcar algunas escenas que se te quedan grabadas, yo destacaría dos. La primera, cuando cuelgan a Solomon y durante varios minutos, que se hacen eternos en el espectador, vemos como nuestro protagonista, de puntillas para no ahogarse, lucha por conseguir respirar. Y así está horas y horas, ante la mirada de todos, hasta que el Sr. Ford viene y lo rescata. Escena dura y sobrecogedora.
Pero no se queda atrás los brutales latigazos que la esclava Patsey recibe de su amo y del propio Solomon, que es obligado a hacerlo.





El lado malo, que en todo lo hay, es que estas películas siempre pueden llevarse al terreno de la manipulación. Es fácil manipular los sentimientos de la gente con este tipo de cintas. Y aunque es cierto que la película es dura, no se puede negar que te lleva por el camino que su director ha escrito. Te indigna cuando quiere, te alivia cuando toca, hace saltar las lágrimas en las escenas que lo requieren… ¿está muy manufacturada para los Oscar? Pues sí, no lo vamos a negar. Es un tema que gusta, y mucho. Pero también es verdad que es una muy buena película en todos los sentidos, estupendas actuaciones, ambientación, banda sonora, historia… y que aunque sea por un momento, que quizás sea olvidado por muchos nada más llegar a casa, nos recuerda los terribles momentos que vivió una gran parte de la población, el daño que se causó y del que apenas nadie salió juzgado por ello.





En definitiva, muy recomendable. Quizás alguna escena de violencia pueda resultar dura para las personas más sensibles. Pero creo que con esta temática, no se puede esperar otra cosa. Al no ser que no quieras ver ‘durezas de la vida’, es una película que hay que ver.
Ahora nos queda ver si la gran favorita para los Oscar se lleva algo, madera desde luego tiene…



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